Causas de la aparición de Osgood-Schlatter
Los pies y sus zonas colindantes sufren muchas lesiones a lo largo de la vida, debido a la exposición que sufren y al peso que cargan. Entre estas lesiones está la de Osgood-Schlatter, la cual es una protuberancia que aparece entre la tibia y la rodilla. Se trata de un daño que aparece por el uso de esta zona, así que es muy común que ocurra en jóvenes que practican deporte asiduamente.
Su aparición está asociada a la tracción repetitiva de los tendones cuando esta zona aún está inmadura debido a la edad de los jóvenes. En las consultas de Podología Elena García en Granada, es común ver esta lesión en niños y niñas que practican fútbol o baloncesto, por ejemplo. Los padres suelen preocuparse mucho cuando aparece, y es lógico, pues en algunos casos es bastante agudo.
Causas de la aparición de Osgood-Schlatter
Como hemos comentado en párrafos anteriores, esta dolencia suele aparecer en adolescentes que aún se encuentran en fase de crecimiento, entre los 12 y 14 años en niños, y entre los 10 y los 13 en niñas. Esta variación de edades es consecuencia de las diferentes etapas de maduración entre niños y niñas.
Cuando se practican deportes como el fútbol, el atletismo o el baloncesto, entre otros, es posible que aparezca este tipo de lesiones debido al impacto que sufren las piernas. Durante las prácticas deportivas, el cuádriceps tira del tendón que enlaza la rótula con el cartílago de crecimiento. Esta tracción continuada y de manera reiterada que ejerce el tendón sobre el cartílago provoca dolor, inflamación y la aparición de la protuberancia tibial llamada Osgood-Schlatter. Este padecimiento puede ser molesto, por lo cual hay que acudir a un profesional.
Sintomatología de Osgood-Schlatter
A continuación, enumeraremos los principales síntomas de esta lesión:
- Lo primero en apreciarse en una lesión de Osgood-Schlatter es dolor en la rodilla e inflamación en la rótula. Esta molestia se acentúa tras la práctica deportiva; es decir, cuando los niños vuelven de sus actividades, podrás notar que se quejan más o que se les inflama la zona de la rodilla.
- El dolor es fijo y está centrado en la parte inferior de la rodilla. Por lo general, la lesión suele afectar solo a una rodilla, pero en ocasiones también puede darse en las dos de manera simultánea, lo que agrava la situación y complica la práctica deportiva de los niños, pues tienen muchas molestias.
- La inflamación no afecta a la articulación y, por lo tanto, a la movilidad de la rodilla, pero sí limita la flexión completa debido al dolor que supone hacerla.
- Los síntomas pueden durar meses; por suerte, el profesional evaluará la situación y, una vez que se detenga el crecimiento de los huesos, la sintomatología desaparecerá.
Tratamientos para la lesión de Osgood-Schlatter
Los tratamientos que se pueden llevar a cabo estarán definidos bajo las siguientes pautas:
- Hay que descansar de las actividades deportivas para aliviar el dolor y bajar la inflamación.
- Aplicar frío en la zona ayuda a bajar la inflamación y, por tanto, el dolor.
- Se pueden tomar antiinflamatorios si el profesional los recomienda. No hay que hacerlo nunca por cuenta propia.
- Se pueden usar plantillas adaptadas, diseñadas por un podólogo, tras haber realizado un estudio de la pisada Esto conseguirá reducir la sobrecarga y los impactos en la rodilla.
- Hacer estiramientos enfocados en los isquiotibiales y cuádriceps antes de realizar cualquier actividad deportiva aliviará el impacto y disminuirá la tensión.
- Acude a un profesional si tienes dudas; él se encargará de recomendarte qué acciones debes llevar a cabo para mejorar la calidad de vida del menor.
Si tienes un adolescente en casa que practica algún tipo de actividad deportiva y observas que se queja de dolor de rodilla o le ha aparecido algún tipo de protuberancia en la zona, acude a un profesional. Este problema no se puede “curar” como tal en consulta, pero sí se pueden llevar a cabo métodos paliativos que mejoren la calidad de vida del paciente hasta que finalice su etapa de crecimiento. Esta lesión no les ocurre a todos los jóvenes deportistas, pero sí es bastante común.