Gota en los pies.
La gota en el pie es una patología grave, una forma compleja de artritis. Se caracteriza por repentinos dolores que dejan la zona inflamada y enrojecida. Afecta sobre todo al dedo gordo del pie, y la sensación de calor es muy desagradable, volviendo la zona muy sensible, tanto que incluso el peso de las sábanas podría llegar a molestar. Si no se trata adecuadamente, puede agravarse y disminuir considerablemente la calidad de vida del paciente.
Esta patología se agrava entre otras cosas por llevar una dieta alta en ácido úrico, sustancia que puede encontrarse en altas cantidades en el marisco y en concreto en las cabezas de las gambas. Por ello, en Navidad aumenta el ácido úrico de las analíticas de muchas personas y empeora la salud de sus pies.
Gota en los pies: por qué controlar el consumo de gambas
A continuación, se detallará el motivo por el cual profesionales como los de Podología Elena García en Granada aconsejan a sus pacientes controlar el consumo de este producto:
- Existe una alta concentración de metales pesados en la cabeza de los mariscos, hasta cuatro veces más que en el resto del cuerpo.
- El cadmio es el metal que está en mayor cantidad en la cabeza de los crustáceos. Las consecuencias de su consumo son elevadas, ya que puede permanecer en el cuerpo unos 20 o 30 años.
- El ácido úrico se encuentra en el interior de las articulaciones, por lo que su exceso formaría pequeños depósitos “cristales”, que es lo que provoca el ataque de gota.
- La gota afecta aproximadamente a un 2 % de la población, produciendo inflamación y aumento de la temperatura en la zona.
Si se padece de gota, los profesionales recomiendan encarecidamente que no se consuman mariscos (entre otros alimentos), pues lo único que se conseguirá será empeorar la situación y padecer más dolor durante los siguientes días. Quienes la padecen deberían intentar no consumir la cabeza de las gambas o langostinos, para evitar cualquier riesgo.
Factores de riesgo que aumenta la probabilidad de padecer gota
Además de la alimentación, hay que tener en cuenta otra serie de factores que aumentan la posibilidad de padecer gota en algún momento de la vida. Por ello, es importante prestar atención a lo siguiente:
La dieta
Como se ha ido comentando, la dieta es un factor clave. Un alto consumo de carne roja, mariscos o bebidas azucaradas eleva los niveles de ácido úrico. También el alcohol, en concreto la cerveza, es muy perjudicial.
Sobrepeso u obesidad
Si se padece de sobrepeso, el organismo produce más ácido úrico y son los riñones los encargados de eliminarlo. Por ello, si encima se consumen alimentos que poseen altas cantidades de ácido úrico, se obliga al cuerpo a trabajar más, lo que podría provocar que los depósitos aumentaran peligrosamente y apareciera la temida gota.
Otras enfermedades o afecciones
Ciertas enfermedades aumentan el riesgo de padecer gota: tener la presión alta y sin tratar, diabetes, síndrome metabólico, o enfermedades renales y cardiacas. En estas situaciones es imprescindible llevar una buena alimentación para poder controlar los niveles y no sumar más patologías a las previas.
Medicamentos
El uso de diuréticos tiazídicos (utilizados para tratar la hipertensión), como por ejemplo la aspirina en dosis baja, puede aumentar los niveles de ácido úrico. Lo mismo ocurre con la medicación que se les receta a personas que han recibido un trasplante (para evitar el rechazo). Por desgracia, lo que es una ayuda para ciertas enfermedades puede provocar o empeorar otras, por este motivo siempre hay que acudir a profesionales que ayuden a regular esto.
Antecedentes
Si algunos miembros de la familia ya la tuvieron, es posible que otros más jóvenes también la padezcan.
Edad y sexo
La gota aparece con mayor frecuencia en hombres, aunque la menopausia ayuda a que los niveles de ácido úrico suban.