Patologías frecuentes en tenistas
Los deportistas siempre corren riesgos de padecer diferentes patologías relacionadas con los pies debido al exceso de esfuerzo a los estos están sometidos diariamente. Entre los deportistas que más suelen tener problemas están los tenistas. Las patologías en tenistas son habituales. Ellos pasan muchas horas entrenando, con movimientos muy específicos dentro de su sector, y esto hace que a la larga puedan desarrollar ciertos problemas.
Obviamente los deportistas de élite cuentan en su equipo con un podólogo que les realiza estudios y seguimientos de manera frecuente. Pero el resto de los jugadores no posee este equipo, por ello deben recurrir a un podólogo como Elena García en Granada para tratarse y realizarse los estudios pertinentes.
Por el tipo de superficie en la que se desarrollan los partidos y por el tipo de movimientos que realizan, los jugadores de tenis, pádel o bádminton suelen sufrir una serie de lesiones recurrentes. Las patologías en tenistas deben ser correctamente diagnosticadas y tratadas por profesionales del ámbito, por lo que es recomendable que todo jugador de tenis profesional o habitual consulte con uno de ellos todas sus dudas, se pongan en sus manos y trabaje para evitar que su salud se vea desmejorada tras cada partido.
Patologías frecuentes en tenistas
A continuación, se analizarán aquellos problemas que más frecuentemente suelen surgir en los pies o en zonas periféricas debido al exceso de esfuerzo al que los tenistas suelen someterlos:
La tendinitis tibial posterior
Se da muy frecuentemente en los pies valgos, hay una pronación del retropié con tensión sobre el tendón, tanto en su inserción proximal en la tibia como en el escafoides. Hay que tener cuidado y trabajarlo a tiempo para que no se hagan daños permanentes.
Tendinitis de Aquiles
Se da sobre todo en pies cavos varos, en la zona donde el tendón es más corto y baja en oblicuo por el rarismo, lo que produce una tensión descompensada entre su inserción calcánea medial y lateral.
Este tendón suele traer muchos problemas a los deportistas en general, hay que tratarlo tanto con podólogos expertos como con fisioterapeutas para que no se convierta en un problema crónico.
Tendinitis de los peroneos
Las causas posibles de este problema son un exceso de varo en el retropié y unos pies cavos con acortamiento de los peroneos y tríceps sural. Marchas externalizadas y frenadas bruscas laterales son movimientos casi obligados durante un partido de tenis.
La periostitis tibial
Es la inflamación del periostio de la cara interna de la tibia, con o sin hematoma. Normalmente se produce por una pronación excesiva, la inserción proximal de la tibia posterior, que se inserta en la cara posteromedial de la tibia, generando una tracción excesiva y continua en los jugadores pronadores.
Esto puede producirse debido a una superficie dura, un calzado inadecuado, plantillas desgastadas o un sobreentrenamiento y afecta la salud del pie del jugador al tiempo que genera problemas a largo plazo, que incluso pueden acabar provocando una fractura de stress.
Las sesamoiditis
El pie del tenista se apoya durante la mayor parte del tiempo en la zona metatarsal. Las cabezas de los metatarsianos y en especial los sesamoideos sufren una enorme carga de trabajo, ya que el primer meta es el encargado de aguantar mayor peso durante la rotación del cuerpo, previa al golpeo de la bola. Hay que tener un calzado que amortigüe bien al pie en cada movimiento para evitar dolores y lesiones.
Micosis y verrugas
Como en cualquier otro deporte, los ambientes húmedos de los vestuarios, duchas, sudor, falta de higiene y demás suelen propiciar la aparición de infecciones, dado que aquello es un campo de cultivo para hongos, verrugas o papilomas.
La recomendación es la misma que para todo el mundo: no ir descalzos por la zona de piscinas y vestuarios, utilizar elementos de protección, lavar bien la zona de los pies y sobre todo secarla correctamente antes de introducirla en calcetines o calzados.
Es muy importante, más allá del deporte que se practique, acudir de manera regular a un profesional para que este realice el tratamiento y los cuidados que necesitan los pies para estar sanos. Y es que si los pies sufren, todo el organismo se resiente y disminuye en consecuencia la calidad de vida del usuario.