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Etiqueta: ¿Cómo preparar los pies para el senderismo de alta montaña?

Mitos sobre el cuidado de los pies

El cuidado de los pies es una parte importante de nuestra salud y bienestar general. Sin embargo, a lo largo del tiempo, han surgido numerosos mitos y creencias populares relacionados con el cuidado de los pies que pueden llevar a prácticas incorrectas o a la falta de atención adecuada.

En esta publicación, exploraremos algunos de los mitos y las creencias populares más comunes relacionados con el cuidado de los pies. Analizaremos críticamente estas ideas equivocadas y proporcionaremos información basada en evidencia para desmentirlas.

A medida que descubramos la verdad detrás de estos mitos, estaremos en mejor posición para comprender la importancia real del cuidado de los pies y adoptar prácticas efectivas que nos ayuden a mantener nuestros pies sanos y en óptimas condiciones.

Existen varias razones por las cuales a menudo prestamos poca atención al cuidado de los pies:

  • Falta de conocimiento: Muchas personas subestiman la importancia de los pies y desconocen la relación entre la salud de los pies y el bienestar general. No comprenden que los pies son una parte fundamental de nuestro sistema de locomoción y que su cuidado adecuado es esencial para mantenernos activos y saludables.
  • Visibilidad limitada: Los pies suelen estar cubiertos por calcetines y zapatos durante la mayor parte del día, lo que dificulta la identificación de problemas o la evaluación de su estado general. Esta falta de visibilidad puede hacer que pasemos por alto el cuidado de los pies hasta que surjan molestias o dolor.
  • Prioridades erróneas: En nuestra vida ocupada, a menudo nos centramos en atender otras necesidades de salud más visibles o urgentes. Los pies pueden parecer una preocupación menor en comparación con problemas más evidentes o de mayor gravedad, lo que da como resultado una atención insuficiente.
  • Estigma asociado: Algunas personas pueden sentir cierto estigma o vergüenza en relación con problemas podológicos como los hongos en las uñas, el mal olor o las callosidades. Esto puede llevar a que eviten buscar ayuda profesional o hablar abiertamente sobre sus preocupaciones.
  • Falta de tiempo: El cuidado adecuado de los pies requiere tiempo y esfuerzo. Algunas personas pueden sentir que no tienen el tiempo suficiente en su rutina diaria para dedicarlo al cuidado de los pies o considerarlo una prioridad.

Mitos sobre el cuidado de los pies

Los mitos y las creencias populares pueden influir en cómo percibimos la podología y el cuidado de los pies. Desmitificar estas ideas erróneas puede ayudarnos a obtener una comprensión más precisa de esta disciplina. Aquí tienes algunos mitos comunes sobre la podología y las realidades que los desmienten:

  • Mito: “Solo necesito ver a un podólogo si tengo dolor en los pies”.

Realidad: Si bien el dolor en los pies es un motivo común para visitar a un podólogo, no es el único. Los podólogos también pueden ayudar con problemas de piel, uñas, biomecánica y afecciones crónicas como la diabetes. Incluso si no sientes dolor, es recomendable realizar visitas periódicas para el cuidado preventivo.

  • Mito: “Cortar las uñas de los pies es algo que puedo hacer yo mismo”.

Realidad: Si bien es cierto que muchas personas pueden cortarse las uñas de los pies sin problemas, es importante hacerlo correctamente para evitar lesiones o infecciones. Un podólogo puede recortar las uñas de manera segura, especialmente si tienes uñas gruesas, curvadas o propensas a encarnarse.

  • Mito: “Si tengo pies planos, no hay nada que pueda hacer al respecto”.

Realidad: Aunque los pies planos pueden ser una condición hereditaria y no se pueden cambiar, un podólogo puede evaluar la situación y recomendar tratamientos para aliviar el dolor o prevenir problemas adicionales. Los dispositivos ortopédicos personalizados, ejercicios específicos y cambios en el calzado pueden brindar soporte y mejorar la función del pie.

  • Mito: “Usar zapatos apretados ayuda a mantener los pies en forma”.

Realidad: Utilizar zapatos apretados no es beneficioso para la salud de los pies. De hecho, puede causar deformidades, callosidades y limitar la circulación sanguínea. Es crucial elegir zapatos que se ajusten correctamente, brinden suficiente espacio para los dedos y ofrezcan un buen soporte.

  • Mito: “Los tratamientos de pedicura son solo para fines estéticos”.

Realidad: Los tratamientos de pedicura no solo son una forma de embellecer los pies, sino también una oportunidad para el cuidado y la prevención de problemas podológicos. Un podólogo puede realizar una pedicura médica que incluya la eliminación segura de callosidades, la atención a uñas encarnadas y el diagnóstico de posibles afecciones.

  • Mito: “Los hongos en las uñas son solo un problema cosmético”.

Realidad: Los hongos en las uñas no solo afectan la apariencia, sino que también pueden causar dolor, incomodidad y propagarse a otras áreas. Un podólogo puede ofrecer tratamientos efectivos para combatir las infecciones fúngicas y ayudar a prevenir su recurrencia.

  • Mito: “Los problemas en los pies son solo parte del envejecimiento y no se pueden evitar”.

Realidad: Si bien es cierto que algunas afecciones en los pies pueden estar asociadas con el envejecimiento, muchas de ellas pueden prevenirse o tratarse de manera efectiva con el cuidado adecuado.

 

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Características de un buen calzado de seguridad

La protección de los pies durante las horas de trabajo es primordial, pues se suelen pasar muchas horas expuesto a los diferentes factores. En este caso hablaremos de los usuarios que deben llevar botas de seguridad en sus puestos para proteger los pies de los impactos o cortes que se puedan producir. Existen diferentes modelos en el mercado y deben adquirirse en lugares específicos donde está este tipo de zapatos.

Características de un buen calzado de seguridad

A continuación enumeraremos una serie de características que debe reunir un buen calzado de seguridad:

Aislantes del agua

Es muy importante que este calzado sea resistente e impermeable al agua, dado que es probable que los trabajadores entren en contacto con superficies mojadas. Son zapatos que están elaborados con material aislante, no solo para que el trabajador mantenga sus pies secos durante las largas jornadas, sino para evitar descargas eléctricas si ocurriese algún accidente.

Puntera de protección

La puntera de este tipo de calzado es rígida para proteger los dedos de los pies de los golpes o impactos. Es una de las partes del cuerpo más delicada y expuesta, por eso es muy fácil que ante un accidente los dedos sean los primeros que se dañen.

Calzado ergonómico

Por suerte este tipo de calzado ha mejorado mucho con el paso de los años y ya son más ergonómicos y cómodos. Antiguamente, eran muy rígidos y hacían daño a los trabajadores, pero actualmente se fabrican con materiales y plantillas que permiten pasar muchas horas de trabajo con ellos sin lastimar.

Resistentes

El calzado de trabajo debe ser de larga duración, pues es una inversión importante que se hace y por ello se espera que dure años. Busca tiendas de calidad donde puedas comprarlo y te garanticen que los materiales que utilizan son buenos para tus pies.

Aislantes del frío y calor

Los ambientes donde se trabaja con temperaturas extremas son también un riesgo para la salud. Por ello este tipo de zapato debe servir de barrera, así se evitarán problemas.

Ligeros

Es importante que este calzado no pese mucho, puesto que un calzado pesado acarrea problemas de pisada y fatiga muscular.

No escatimes ni subestimes este calzado porque podría salvarte la vida, por ello invierte o exige en el puesto de trabajo que sean usados de manera obligatoria. Además, al ser duraderos aguantarán a tu lado muchos años, por ello elige uno que cumpla todas las funciones que nombramos anteriormente.

Problemas que da en los pies el calzado de seguridad

Aun así, este tipo de calzado puede ocasionar una serie de problemas en nuestros pies:

  • Al soportar mucho tiempo con ellos puestos, esta bota puede generar dolor en la zona del tobillo.
  • No suelen ser muy transpirables, por lo que el exceso de sudoración podría ocasionar la aparición de algún tipo de hongo.
  • Al llevar un refuerzo en la puntera suele ser botas algo rígidas que puede provocar daños en las uñas, como hematomas u onicocriptosis o problemas con los dedos.
  • Esta rigidez también puede afectar de forma negativa a la movilidad del pie y tobillo, produciendo tendinitis o daños ante una posible caída.

Como poder prevenirlo

  • Hay que elegir un calzado que sea lo menos pesado posible dentro de este tipo de zapatos.
  • Al volver del trabajo es necesario airearlos y desinfectarlos cerca de una fuente de corriente de aire natural, como podría ser la ventana.
  • A la hora de elegir este tipo de botas busca aquellas que permitan más movilidad en la zona del tobillo.
  • Acude a revisiones podológicas frecuentes, ya sea para cortar las uñas y evitar daños, como para tratar de forma temprana todas las afecciones que pueden surgir.

Como siempre, desde nuestra clínica de Podología estamos a vuestra disposición para tratar sobre este tema. Además, recomendamos crear unas plantillas personalizadas, de esta forma aliviaremos a los pies durante las largas horas de trabajo.

 

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Dudas sobre cómo evitar quemaduras en los pies

El verano es una época excesivamente cálida, el sol está en el más alto durante horas, lo que provoca que las temperaturas sean muy altas y el riesgo de aparición de quemaduras en los pies incremente significativamente. Por desgracia pocas personas prestan a sus pies la atención que se merecen cuando están en la playa o en la piscina, y por este motivo, sufren infinidad de daños a lo largo de toda la época estival.

Durante estos meses calurosos, la crema solar es imprescindible cuando uno disfruta de la playa o a la piscina, y no solo para el cuerpo o la cara como solemos acostumbrar, sino también debe aplicarse a los pies. Aunque cada vez hay más consciencia sobre la importancia de aplicar algún tipo de protección a la piel, para evitar quemaduras que produzcan medio plazo daños mayores, lo cierto es que los pies son un poco olvidados en esta ecuación.

Para entender el sufrimiento de los pies, hay que ser consciente de que estos no están acostumbrados a la exposición de los rayos solares, pues exceptuando el verano, se pasan el resto del año refugiados en los zapatos o en el interior del hogar. Por ello, cuando empiezan a salir a la calle, es necesario que se protejan, sobre todos si van a estar expuestos al sol de manera constante, de esta forma evitaremos las tan temidas quemaduras y otros males mayores.

Dudas sobre cómo evitar quemaduras en los pies

Muchos usuarios tienen dudas acerca de cómo podrían proteger sus pies en verano. Por ello, desde Podología Elena García en Granada responderemos a ellas para mejorar su calidad de vida en estos meses tan calurosos.

¿Qué protección solar utilizar?

Es necesario utilizar aquella de factor alto, ya sea para los pies o para el cuerpo, pues es la que más seguridad transmite y permite estar más tiempo expuesto al sol sin padecer quemaduras, algo importante cuando se está en la playa o en la piscina.

¿Cuándo aplicarla?

Lo ideal es que siempre apliquemos la protección solar 30 minutos antes de salir al sol o entrar al agua. Una vez aplicada hay que esperar al aire para que la piel de los pies absorba la crema. Cada dos horas hay que repetir el mismo proceso, sobre todo si se está en contacto con el agua, esta es la forma de estar 100% protegidos todo el día que se esté expuesto.

Aunque pocas personas lo sepan, hay que echarse protección también en la planta de los pies, pues es una zona muy delicada, que cuando estamos tomando el sol queda expuesta, y si se quema puede provocarnos un serio problema para poder movernos cómodamente.

Indicios de quemaduras solares

Las quemaduras solares en los pies son igual que en el resto del cuerpo, y los síntomas que comienzan a aparecer son los siguientes:

  • La zona comienza a tomar un color rojizo nada natural
  • El tacto de los pies es caliente, una temperatura más elevada que la del resto del cuerpo.
  • Empieza a notarse quemazón y mucha sensibilidad al roce en la zona afectada.
  • La zona empieza a irritarse e incluso puede llegar a inflamarse
  • Si la quemadura es grave aparecerán ampollas, llegado a este punto hay que acudir a un profesional para mitigar el dolor y tratar la piel.

Consejos para mitigar el desastre

Si ya hemos cometido el fallo de no habernos puesto crema solar a tiempo y ya tenemos la planta o el empeine quemados es importante seguir los siguientes pasos para calmar el dolor y tratar la piel:

Hidratar la zona adecuada y regularmente

Es fundamentar hidratar los pies para que la piel pueda regenerarse más rápido y también así se aliviara el escozor. Lo ideal es utilizar una crema específica para quemaduras solares, la cual habrá que aplicarla varias veces al día, mientras se deja el pie a la intemperie para que se absorba mejor.

Evitar la exposición solar por unos días

Por desgracia los días que dure la quemazón, habrá que dejar el pie resguardado, evitando que el sol o el calor directo les afecte, para que puedan regenerarse fácilmente. De esta forma, se evitará padecer dolor mientras se está recuperando.

Acude al podólogo

Si las quemaduras de los pies son intensas hay que acudir al podólogo para que las analice y pueda ofrecernos un tratamiento más seguro y adecuado.

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¿Qué es y a qué se debe el pie zambo?

Los pies son zonas mucho más delicadas de lo que parecen, pues trabajan sin descanso cargando continuamente con el peso del cuerpo. Por ello, a lo largo de nuestra vida, pueden sufrir diferentes enfermedades o patologías a las cuales se les suele prestar muy poca atención. Uno de esos males es el denominado pie zambo, el cual tiene muchos grados de severidad, desde leves a muy graves.

El pie zambo o equinovaro es aquel que no se apoya en el suelo de forma normal. Esta malformación se percibe al ver el pie flexionado hacia un lado, ya sea hacia dentro o hacia abajo. Puede ser habitual tanto en uno como en los dos pies. Es una deformidad congénita; es decir, aparece desde el momento del nacimiento y es de orígenes idiopático. Además, se asocia también con pie equino, varo, aducto, cavo, etc. La causa de esta deformación del pie es que los tendones y ligamentos tensos impiden que se estiren, por lo que el pie no puede colocarse correctamente.

Es una malformación tridimensional del pie, en el que las estructuras óseas se encuentran alteradas en su forma y orientación natural. Es un problema muy común, pero que puede tener algún tipo de solución si se acude a profesionales como los de Podología Elena García en Granada.

Causas del pie zambo

A continuación, analizaremos las causas que provocan tener el pie zambo.

  • Causa desconocida: esto es lo más habitual: en el 90 % de los casos, no se sabe el porqué de esta patología.
  • Cuadro sindrómico: esto se debe a una movilidad reducida en muchas articulaciones del cuerpo.
  • Cuadro neurológico: se da en casos de mielomeningocele, que es una lesión medular congénita
  • Pies zambos debido a las posturas: se producen por una compresión con la pared uterina. Estos son los casos más fáciles de tratar y que tienen un mejor pronóstico.

Sintomatología del pie zambo

Esta deformación puede llegar a producirse en ambos pies o solo en uno. Si durante el las primeras solo pueden rotar los pies hacia dentro o hacia abajo, es probable que presente pies zambos. También puede ocurrir que la musculatura posterior de la pierna y del pie sea ligeramente más pequeña de lo normal.

Prevención del pie zambo

Los profesionales pueden diagnosticar fácilmente un pie zambo a través de una examinación de la morfología.

  • Primero, se realiza una exploración general en el recién nacido, la cual permite saber si el pie es equinovaro idiopático o neuromuscular, algo que posibilita descartar malformaciones congénitas asociadas.
  • En segundo lugar, se determina el grado de irreductibilidad del pie a través de una exploración de la deformidad y del grado de rigidez.
  • Por último, se valoran los pliegues cutáneos.

Tratamientos para el pie zambo

Para que sea efectivo, el tratamiento deberá ser lo más precoz posible para poder corregir la malformación de forma correcta. Lo indicado es poder iniciarlo justo después del nacimiento y luego llevar un control podológico durante bastante tiempo.

Tratamiento ortopodológico

El especialista recomendará la realización de estiramientos suaves y la colocación de férulas para mejorar la forma del pie paulatinamente. Cuando el pie esté en la posición adecuada, se empezará a llevar a cabo un tratamiento correctivo que suele ser la aplicación de yeso o férula que deberá renovarse cada semana, lo que mejorará la posición del pie. Lo habitual es que sean necesarias de cinco a diez férulas a lo largo de tres semanas. Una vez corregida, el menor deberá utilizar un dispositivo ortopédico durante tres meses.

Intervención quirúrgica

En otros casos, la forma de corregir será realizar una intervención quirúrgica. Esta se llevará a cabo cuando sea muy grave o no haya mejorado con el tratamiento que anteriormente hemos mencionado. Es una operación bajo anestesia que consiste en la realización de unos cortes para alargar o acortar el tendón. En caso de que los niños sean mayores, la cirugía puede ser osteoarticular, algo que sí es un poco más invasivo.

 

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