Consejos para usar la piedra pómez
La piedra pómez es una herramienta muy popular y conocida por todos, ya que es de fácil adquisición. El objetivo a la hora de usarla es exfoliar o eliminar pieles muertas de los pies o zonas aledañas. En nuestra consulta de Podología Elena García en Granada, muchos nos preguntan si este objeto es bueno para la salud de nuestros pies, cómo se debe utilizar y con qué frecuencia. Por ello, hemos creado este artículo, donde daremos respuestas a todas las dudas.
La piedra pómez o pumita es una piedra de origen volcánico que se produce por el enfriamiento rápido del magma al entrar en contacto con el aire. Esto crea una piedra porosa, ligera y rugosa. Tiene varios usos, pero el más popular es el conocido para el cuidado de los pies, pues es muy asequible.
Consejos para usar la piedra pómez
La piedra pómez tiene unas propiedades algo ásperas y rugosas que son útiles para ayudar a eliminar las durezas superficiales de la piel. Estas suelen aparecer en talones o en la planta de los pies y es ahí donde se suele emplear frecuentemente.
Sin embargo, antes de emplearla en casa, es mejor conocer algunos detalles y saber cómo utilizarla de forma correcta para no perjudicar la salud de los pies. Para ello, a continuación daremos una serie de consejos necesarios que deberás seguir:
Lavar la piedra
Antes de utilizarla hay que limpiar la piedra y también los pies, los cuales deben estar a remojo un rato antes en agua y jabón. La piel debe reblandecerse lo máximo posible antes de quitar las durezas. Además, es importante que cada miembro de la familia tenga su propia piedra pómez, pues no debe compartirse.
Cómo usarla
Se debe aplicarla sobre la piel con movimientos circulares en las zonas de los talones. Hay que hacerlo suavemente y realizar varias repeticiones, siempre con cuidado y no durante mucho tiempo.
Atención
No se debe usar la piedra pómez en el resto del cuerpo, solo en las rozas donde la piel está engrosada. La dureza de la piedra podría arañar con facilidad otras zonas más delicadas de la piel.
Utilizarla únicamente en los pies tiene sentido, ya que la piel de esta zona es unas 50 veces más gruesa que la del resto del cuerpo.
Cuánto usarla
En un pie sano y siempre siguiendo las recomendaciones que anteriormente hemos remarcado, podrías aplicar la piedra una tres veces por semana. Hay que tener cuidado de no sobrepasarse y no herir la piel.
Hidratación
Tras utilizar la piedra pómez, es recomendable hidratar los pies con cremas. Estas deben ser específicas para pies, a ser posible que hayan sido recomendadas por un podólogo.
La hidratación ayudará también a luchar contra la aparición de callosidades, durezas y otras lesiones. Un pie seco puede sufrir muchos más daños que uno humectado.
Higiene
Después de cada uso hay que lavar la piedra con agua y jabón para evitar la aparición de bacterias. Si estas se reprodujeran, podríamos pegarlas a nuestros pies al frotarlos con la piel.
Cada cierto tiempo es necesario hervir la piedra durante 5 minutos para evitar la aparición de microorganismos. Luego hay que dejarla secar muy bien antes de guardarla de nuevo.
Eficacia de la piedra pómez
La piedra pómez no es una respuesta definitiva, pero sí un complemento de mantenimiento que sirve como extra al tratamiento. Ayuda a quitar las pieles muertas más superficiales, por lo que, junto con la visita al podólogo, es una herramienta idónea para tratar tu problema.
Hay callosidades que se cronifican, pues aparecen debido a problemas de pisada, por lo que volverán a aparecer. Es por ello que hay que tratar el mal mayor para poder corregir su consecuencia. Acude a tu podólogo si tienes durezas de manera habitual; hazte un estudio de la pisada y verás cómo las cosas mejoran.