En qué consisten las uñas engrosadas
Las uñas funcionan como una barrera fuerte entre el tejido blando que se alberga debajo de ellas y su entorno. Las personas solemos usar las uñas de las manos diariamente para rascarnos la piel, para abrir algo o despegar una pegatina. Con el paso del tiempo, las uñas empiezan a quebrarse o a desarrollar alguna afección. Las uñas de los pies pueden engrosarse debido a infecciones micóticas o a las condiciones cutáneas que se tengan.
Las uñas engrosadas pueden dar muchos problemas no solo por la uña en sí, sino por todo el sistema que se ve afectado a su alrededor. En función del grosor, pueden lastimar a los dedos vecinos. No es únicamente un problema estético; por lo tanto, para poder solucionarlo se debe acudir a una clínica como la de podología Elena García en Granada.
En qué consisten las uñas engrosadas
Las uñas gruesas son una característica desagradable que afecta tanto a las uñas de las manos como a las de los pies. Si no son tratadas a tiempo, cada vez se harán más gruesas, por lo que empeorarán y aumentará su dolor.
Es habitual que, en las primeras etapas, los pacientes no se den cuenta de que las uñas de los pies se les están engrosando. Pero, conforme pasa el tiempo, se observa que cada vez están más gruesas y empiezan a aparecer otros síntomas:
- Se vuelven gordas, pero a la vez frágiles y quebradizas.
- Comienza a oler mal.
- Se separan fácilmente de la base.
- Cuesta mucho trabajo cortarlas adecuadamente.
- Se agrietan y se vuelven quebradizas.
- Se acumula residuo debajo de ellas, lo que produce molestias.
- Empiezan a doler, tanto la uña como su entorno.
- Se vuelven rugosas en la superficie.
- Se vuelven de color amarillento, de color verde o incluso con tonalidades café.
Causas que propician la aparición de las uñas gruesas
Hay diferentes razones por las que las uñas pueden engrosarse; entre ellas, se encuentran las siguientes:
Infección micótica o candidiasis
Las infecciones micóticas se desarrollan en ambientes cálidos y húmedos, lo que permite que se propaguen fácilmente. Estas infecciones afectan sobre todo a los pies y se denominan fúngicas.
Para prevenir este tipo de infecciones fúngicas, se debe evitar evitar andar descalzos por lugares públicos y húmedos, como piscinas, vestidores o duchas. También es recomendable secarse muy bien los pies antes de introducirlos en un calcetín o zapato, para que la zona esté seca.
Algunas de las causas principales de estas infecciones micóticas son las siguientes:
- Cuando el pie de atleta se propaga a la uña.
- Exposición de los pies de manera regular a zonas húmedas.
- El uso de calzado inadecuado, sobre todo cuando queda muy apretado.
- Tener un sistema inmunitario débil.
- Padecer de psoriasis, de problemas circulatorios o diabetes tipo 1 y 2.
- Haber dañado la uña.
Lesiones
Las uñas pueden volverse gruesas como resultado de un trauma o una lesión repentina o repetida. Esto les sucede muy a menudo a las personas que practican deportes como el fútbol o a bailarines. Los impactos son habituales en este tipo de ejercicios, por lo que puede darse la aparición de esta afección.
Síndrome de uñas amarillas
Esta afección hace que las uñas se tornen amarillas. Quien la padece también suele experimentar problemas respiratorios e inflamación en brazos y piernas debido a la acumulación de líquido.
Las uñas amarillas pueden deberse a un problema genético; es decir, no existe una casuística externa como tal.
Psoriasis
Este trastorno autoinmune suele generar manchas rojizas y escamosas en la piel. A menudo, este trastorno también afecta las uñas de las manos y de los pies. Como consecuencia, puede provocar la aparición de uñas gruesas, con estrías que pueden despegarse de la base.
Envejecimiento
Nadie escapa a él, y puede provocar que las uñas se vuelvan gruesas y quebradizas. Esto se debe a que el cuerpo ya no se renueva como antes y, por lo tanto, las uñas empiezan a deteriorarse y a enfermar.