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Etiqueta: estudios de marcha

Cómo se forma el hallux rigidus

El hallux rigidus es una afección médica que afecta la articulación del dedo gordo del pie, también conocida como articulación metatarsofalángica. Se caracteriza por la rigidez y la limitación del movimiento en esta articulación, lo que puede causar dolor y dificultad para caminar o realizar actividades que requieren flexión del dedo gordo.

Las causas del hallux rigidus pueden variar pero generalmente se deben a la degeneración del cartílago en la articulación debido al desgaste crónico, el envejecimiento, lesiones o deformidades estructurales del pie. También puede estar asociado con enfermedades como la artritis reumatoide o la gota.

Cómo se forma el hallux rigidus

El hallux rigidus se produce principalmente debido a la degeneración del cartílago en la articulación metatarsofalángica del dedo gordo del pie. Esta degeneración puede ocurrir debido a varias razones, entre las que se incluyen:

  1. Desgaste crónico: El uso excesivo y repetitivo de la articulación del dedo gordo del pie, como en actividades deportivas de alto impacto o profesiones que requieren movimientos repetitivos del pie, puede causar desgaste gradual del cartílago.
  2. Traumatismo: Lesiones agudas o traumas en la articulación pueden dañar el cartílago y provocar el desarrollo de hallux rigidus. Estos traumatismos pueden incluir fracturas, esguinces o luxaciones.
  3. Anomalías estructurales del pie: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollar hallux rigidus debido a la estructura anormal de su pie. Por ejemplo, una articulación metatarsofalángica anormalmente prominente o una predisposición a la osteoartritis pueden aumentar el riesgo.
  4. Enfermedades articulares: Condiciones como la artritis reumatoide, la gota y otras formas de artritis inflamatoria pueden contribuir al desarrollo de hallux rigidus.

A medida que el cartílago se degenera, los huesos subyacentes pueden rozar entre sí, lo que provoca la formación de crecimientos óseos llamados osteofitos o «espolones». Estos osteofitos pueden limitar aún más el movimiento de la articulación, causando rigidez y dolor.

Síntomas del hallux rigidus

Los síntomas del hallux rigidus pueden variar de una persona a otra, pero generalmente incluyen los siguientes:

  1. Dolor: Este es uno de los síntomas más comunes del hallux rigidus. Puede ser leve al principio y aumentar gradualmente a medida que la condición progresa. El dolor suele ser localizado en la base del dedo gordo del pie, en la articulación metatarsofalángica.
  2. Rigidez: La rigidez es otro síntoma característico del hallux rigidus. La articulación del dedo gordo del pie puede volverse rígida y limitar el rango de movimiento. Al principio, la rigidez puede ser más evidente después de períodos de inactividad, como al despertar por la mañana o después de un período prolongado de estar sentado.
  3. Dificultad para caminar: A medida que el hallux rigidus progresa, la rigidez y el dolor pueden dificultar la capacidad para caminar correctamente. Puede haber dificultad para empujar el pie desde los dedos al caminar, lo que puede alterar la marcha y provocar cojera.
  4. Hinchazón e inflamación: En algunos casos, la articulación puede hincharse y volverse sensible al tacto. Esto suele estar asociado con la presencia de inflamación en la articulación.
  5. Limitación de actividades: El hallux rigidus puede afectar la capacidad para participar en actividades físicas que requieren flexión del dedo gordo del pie, como correr, saltar o agacharse. La limitación de estas actividades puede tener un impacto en la calidad de vida y en la capacidad para realizar actividades diarias normales.

Tratamiento hallux rigidus

En cuanto al tratamiento del hallux rigidus, existen varias opciones disponibles y la elección depende de la gravedad de los síntomas y la progresión de la enfermedad. Algunas opciones de tratamiento comunes son:

  1. Medicamentos: Los analgésicos de venta libre como el paracetamol o los antiinflamatorios no esteroides (AINE) pueden aliviar el dolor y reducir la inflamación asociada al hallux rigidus. En casos más graves, se pueden recetar medicamentos más fuertes o inyecciones de corticosteroides para el alivio del dolor.
  2. Terapia física: Los ejercicios de fisioterapia y estiramientos específicos pueden ayudar a mantener la flexibilidad y fortalecer los músculos y ligamentos alrededor de la articulación afectada.
  3. Ortesis: El uso de plantillas ortopédicas, soportes o calzado especializado puede proporcionar apoyo adicional al pie y reducir la presión sobre la articulación afectada.
  4. Infiltraciones de ácido hialurónico: Se pueden administrar inyecciones de ácido hialurónico en la articulación para lubricarla y mejorar la movilidad.
  5. Cirugía: En casos graves en los que otros tratamientos no han tenido éxito, la cirugía puede ser considerada. Hay diferentes opciones quirúrgicas que van desde procedimientos mínimamente invasivos hasta la fusión articular o incluso la sustitución total de la articulación.

 

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Cómo tratar la psoriasis en los pies

La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por la aparición de parches de piel enrojecida y escamosa que a menudo causan picazón y dolor. Estos parches aparecen en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en el cuero cabelludo, los codos, las rodillas y la parte inferior de la espalda.

Esta patología suele aparecer cuando el sistema inmunitario del cuerpo envía señales incorrectas que hacen que las células de la piel crezcan demasiado rápido. En una persona sana, las células de la piel se renuevan cada 28-30 días, pero en una persona con psoriasis, este proceso se acelera y las células de la piel se renuevan cada 3-4 días. Este crecimiento acelerado de las células de la piel provoca la formación de parches rojos y escamosos en la piel. Obviamente, no es una enfermedad contagiosa, pero tampoco se puede curar, aunque sí tiene varios tratamientos que ayudan a reducir los síntomas y controlar la enfermedad.

La psoriasis también afecta a los pies

Aunque los pies no suelen estar entre las zonas más usuales donde se desarrolla la psoriasis, es cierto que hay personas que lo padecen. Por desgracia, es una zona muy incómoda, pues suele estar tapada y recibe pocas atenciones.

Sintomatología

Los síntomas de la psoriasis en los pies pueden variar dependiendo de la gravedad y extensión de la enfermedad, pero algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  1. Parches rojos y escamosos: estos parches pueden aparecer en cualquier parte del pie, incluyendo la planta, los talones, los dedos y los costados del pie.
  2. Descamación: la piel afectada por la psoriasis en los pies se puede escapar y desprenderse, lo que puede provocar picazón y dolor.
  3. Dolor: algunos pacientes con psoriasis en los pies pueden experimentar dolor, especialmente si la piel está muy agrietada o inflamada.
  4. Fisuras en la piel: la piel afectada por la psoriasis en los pies puede agrietarse y formar fisuras, lo que puede hacer que caminar o estar de pie sea doloroso.
  5. Engrosamiento de las uñas: en algunos casos, la psoriasis en los pies puede causar engrosamiento y decoloración de las uñas de los pies.

Es importante destacar que esta enfermedad en los pies puede ser difícil de tratar debido a la humedad y el calor que se encuentran en esta área del cuerpo. Por lo tanto, es relevante trabajar con un especialista como los que hay en nuestra clínica de Podología Elena García en Granada, especialista en piel para determinar el mejor tratamiento para su caso específico.

Tratamiento para la psoriasis

Los tratamientos para la psoriasis en los pies pueden variar dependiendo de la gravedad y extensión de la enfermedad, pero algunos de los tratamientos más comunes incluyen:

  1. Cremas y ungüentos tópicos: los corticosteroides y otros medicamentos tópicos pueden ser útiles para reducir la inflamación, la picazón y la descamación en los pies afectados por la psoriasis.
  2. Fototerapia: la exposición a la luz ultravioleta puede ayudar a reducir la inflamación y la descamación en la piel afectada por la psoriasis. La fototerapia se puede realizar en un consultorio médico o en casa con un dispositivo de fototerapia recetado.
  3. Medicamentos sistémicos: en casos graves de psoriasis en los pies, se pueden recetar medicamentos sistémicos, como metotrexato o ciclosporina, para reducir la inflamación y mejorar los síntomas.
  4. Baños de sales Epsom: sumergir los pies en agua tibia con sales Epsom puede ayudar a reducir la inflamación y la picazón asociadas con la psoriasis en los pies.
  5. Mantener los pies secos y limpios: mantener los pies limpios y secos es importante para prevenir la infección en la piel agrietada y reducir la inflamación. Se recomienda usar zapatos transpirables y calcetines de algodón para mantener los pies secos.

 

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¿Cómo tratar heridas en los pies en casa?

Los pies son una zona delicada y en ocasiones después de algún tratamiento necesitan de atenciones especiales por las heridas que hayan podido padecer. Es habitual encontrarnos en nuestra consulta de Podología Elena García Granada con pacientes que tienen pequeñas heridas en el pie. Estas afecciones suelen venir producidas por múltiples factores: remedios caseros, caídas, rozaduras, choques, impactos, operaciones o tratamientos.

Los pies son dos elementos que se pasan toda la vida trabajando y soportando peso y fricciones, a la misma vez que están ocultos la mitad del tiempo. Esto último dificulta mucho las cosas, pues al estar ocultos no reciben las mismas atenciones que por ejemplo las manos. Esto trae consecuencias negativas hacia ellos, pues cualquier pequeña herida puede complicarse significativamente.

Dada esa despreocupación que existe hacia los pies, solemos encontrarnos serios problemas en la clínica, pero también pequeñas cosas que en casa podrían curarse. Por este motivo, a continuación daremos algunos consejos sobre cómo cuidar los pies cuando aparezcan pequeñas heridas.

¿Cómo tratar heridas en los pies en casa?

Las heridas en los pies pueden ser incómodas e incluso dolorosas, pero la buena noticia es que la mayoría pueden tratarse en casa. Aquí hay algunos consejos que damos para que nuestros pacientes puedan cuidarse estas afecciones en casa.

  • Limpie la herida: Lave suavemente la herida con agua y jabón suave. Asegúrese de eliminar cualquier suciedad o residuo de la herida. Es mejor usar agua tibia para ayudarl y permitir una limpieza más profunda.
  • Aplicar un antiséptico: Después de limpiar la herida, aplique un antiséptico como clorhexidina para ayudar a prevenir infecciones.
  • Cubrir la herida: Para ello es mejor emplear una gasa estéril o un vendaje para cubrir la herida. Esto ayudará a mantener la herida limpia y protegida.
  • Descansar: Es mejor evitar poner peso sobre la herida, si es posible, para ayudar a reducir el dolor y permitir que la herida se cure más rápidamente.
  • Cambie el vendaje diariamente: Asegúrese de cambiar el vendaje o la gasa diariamente y cada vez que se moje o ensucie para mantener la herida limpia.

Si la herida no se cura en unos pocos días o se ve infectada, consulte a un profesional.

Consejos para evitar pequeñas heridas en los pies

Hay varias medidas que puede tomar para evitar pequeñas heridas en los pies, no siempre es posible, pero al menos podemos intentarlo cuando se pueda:

  • Usar zapatos cómodos: Los zapatos que le quedan bien y son cómodos ayudan a evitar que se hagan ampollas y callos. Es importante asegurarnos de utilizar zapatos que estén diseñados para su actividad, como correr o caminar.
  • Los calcetines deben ser adecuados: Los calcetines adecuados pueden ayudar a prevenir la fricción y las ampollas. Compre calcetines que sean transpirables y que absorban la humedad.
  • Mantener las uñas de los pies cortas: Las uñas de los pies largas pueden causar dolor y molestias. Mantenerlas cortadas de forma regular para evitar que se claven en la piel.
  • Evitar usar zapatos gastados o rotos: Los zapatos gastados o rotos pueden causar fricción y aumentar el riesgo de ampollas y callos. Reemplace sus zapatos cuando sea necesario, mejor pocos y de calidad que muchos y malos.
  • Usar almohadillas protectoras si fuera necesario: Si se tiene un área sensible en el pie, como un callo o una ampolla, puede utilizar almohadillas protectoras para ayudar a reducir la fricción y el dolor.

Recuerde siempre prestar atención a sus pies y tratar las pequeñas heridas y ampollas tan pronto como las note para evitar que se conviertan en problemas más grandes.

 

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Cómo cuidar los pies para poder hacer senderismo

Cuidar los pies para poder hacer senderismo sin sufrir daños es muy importante, dado que la montaña es un territorio complejo. Cuando se trata de ir a la montaña, los pies son la principal herramienta y deben tener un mantenimiento adecuado para salir sanos y salvos de la travesía. Aunque pienses que el sendero que vas a realizar es sencillo, la montaña puede ser un poco traicionera, de ahí que tomar todas las precauciones es importante.

Cuando paseamos por la montaña los pies son los que más sufren debido a la multitud de impactos y peso que soportan. Durante estos paseos lidiar con dolores o heridas en los pies no es buena señal, pues se hará insoportable el paseo. Por ello es primordial cuidar los pies antes de empezar el camino, pues será la única forma de prevenir daños.

Cómo cuidar los pies para poder hacer senderismo

A continuación daremos una serie de consejos para poder cuidar los pies antes de comenzar a hacer senderismo. Tanto si eres un habitual de este deporte como un aficionado, necesitarás llevar a cabo una rutina para poder mantener sano los pies en la montaña.

Preparar los pies previo a salir

Prevenir antes que curar es la clave, por ello es importante llevar una correcta higiene y unos cuidados apropiados en los pies para que no salgan heridas. Lavarse con agua templada y jabón, y después secarlos de manera minuciosa por todas partes para evitar la aparición de hongos.

Una vez que los pies estén bien secos, podrás aplicar una fina capa de vaselina en aquellas zonas que son problemáticas. Están son en las que suelen aparecer ampollas o rozaduras como los talones o los laterales de los dedos. Ten siempre las uñas bien cortadas.. Si no sabes hacerlo acude a tu podólogo de confianza como los que encontrarás en nuestra clínica de podología Elena García en Granada.

Una forma de prevenir la aparición de ampollas es tener los pies siempre bien hidratados, así evitaremos la fricción. Deben ser cremas específicas y de esta forma también detectaremos si tenemos alguna dureza para ir a tratarla y eliminarla lo mejor posible.

Calcetines específicos

La elección correcta de calcetines será clave para poder cuidar tus pies de forma correcta durante la caminata. Los calcetines se deben adaptar bien al pie, sin que hagan pliegues, ni queden grandes ni pequeños. Hay calcetines técnicos de telas sintéticas que ayudan a transpirar y no se acumule la humedad.

Calzado adecuado al terreno

En función de la actividad que vamos a realizar y de cómo sea el terreno deberemos escoger un tipo u otro de calzado. La salud de tus pies y de tu tobillo dependerá de llevar zapatillas o botas. Acude a tiendas específicas y pregunta a los profesionales si tienes dudas, pero de nada sirve que lleves los pies muy bien hidratados si luego llevas zapatillas de runner para subir una montaña escarpada.

Sobre todo nunca vayas a la montaña con zapatos nuevos, es mejor que las hayas usado previamente para poder adaptarlo a tus pies. Llévalas a excursiones cortas o a paseos cerca de casa, de esta forma evitarás pasar un mal rato durante la escapada, pues no hay nada que haga más daño que calzado nuevo.

Atiende al dolor

Las rozaduras pueden convertirse en una hería mucho mayor si no se les presta especial atención. Párate durante el camino, cúrate la herida con un pequeño kit que debes llevar siempre a mano. Busca una forma de modificar el calcetín o el zapato para poder continuar la marcha sin sufrir males mayores.

Lleva repuestos

Siempre debes tener en la mochila unos calcetines de repuesto para poder cambiarlos cuando los pies están húmedos, rotos o te estén lastimando. No supone esfuerzo y podría salvarte de una mala experiencia durante la actividad.

Prepara un kit de primeros auxilios

Como hemos comentado en párrafos anteriores, llevar siempre con uno mismo un pequeño botiquín con las herramientas necesarias para poder curar una herida. Gasas, vendas, apósitos, desinfectante, tijeras, etc. Todo esto nos ayudará a solventar cualquier problemática, ya sea propia o de algún compañero de aventura.

 

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Afecciones o patologías en los pies de menores

Los niños, al igual que los adultos, también sufren de diferentes patologías en los pies y algunas se presentan en ellos de forma temprana. Cuando esto ocurre y podemos detectarlas a tiempo se podrán paliar e incluso solucionar sin mayores problemas para el futuro. Cuanto antes se detecten los problemas en los pies de los niños, más fácil será solucionarlos.

Por ello desde nuestra clínica de Podología Elena García en Granada siempre aconsejamos a los padres que traigan a sus hijos lo antes posible a consulta si notan que los niños caminan «raro». Una vez en ella le realizaremos las revisiones pertinentes acordes a la edad que tenga. En la mayoría de los casos no habrá que poner tratamiento con plantillas, con algún cambio en sus habitos será suficiente, en otros realizaremos seguimientos o tenemos que utilizar plantillas personalizadas con sus correspondientes ajustes a medida que estos niños van creciendo.

En este artículo ejecutaremos un listado de algunas patologías que solemos encontrar en los niños tras las primeras consultas.

Afecciones o patologías en los pies de niños

Caminar de puntillas

La marcha de puntillas en los niños puede deberse a una alteración biomecánica si esta se mantiene hasta los 10 años. Es algo que por lo general puede evolucionar desde los primeros años de vida, pero también hay casos en los que se presenta de forma aislada durante los 5 o 6 años de edad. Es un tema algo complejo, pues por desgracia suele pasar desapercibido en muchos casos.

Los niños que caminan de puntillas es porque no pueden hacerlo de forma correcta, por lo tanto, primero apoyan la punta y después el talón. Cuando esto sucede se genera estrés en las estructuras y un acortamiento muscular en la zona posterior de la pierna. Puede ser leve o aguda, puede ser dolorosa o asintomática. Si esto último ocurre, no es señal de que no deba tratarse.

Las razones por las que se genera esta patología son varias, entre ellas podemos encontrar que sea de origen muscular, estructural o neurológico. El tratamiento que se debe aplicar es multidisciplinar.

Pie con Podorosis

La podorosis es la aparición del mal olor en los pies y aunque en la mayoría de los casos se debe a la aparición de hongos en los pliegues, también puede deberse a que proliferen por usar calzado cerrado. Es normal que los niños pasen mucho tiempo con sus zapatos puestos, corriendo, saltando, jugando..

Pero es mejor que al llegar a casa se los quiten, o los cambien. De esta forma el pie descansará, se oreará y la posibilidad de que le suden y le huelan mal disminuirá considerablemente.

Pie con papilomas plantares

Los papilomas son una afección que se extiende rápido y más entre la población infantil. Son lesiones víricas pequeñas que con el tiempo pueden expandirse y multiplicarse. Los menores andan descalzos por muchas zonas que no deberían, no prestan atención a usar chanclas o no ir descalzos por los vestuarios. Y son en estos lugares húmedos donde más suele proliferar el contagio de verrugas plantares y demás hongos.

El papiloma plantar es de aspecto rugoso y suele mostrar unos pequeños puntitos oscuros por la superficie. Suelen ser dolorosas, aunque no siempre, por ello suelen ser muy molesta para los niños que van corriendo a todas partes.

No hay un solo tratamiento, es mejor que acudas al podólogo y ellos evalúen la gravedad de la afección. Entre los remedios podemos encontrar el uso de ácido salicílico, quemadura con sustancias ácidas, laser, crioterapia e incluso cirugía.

Recuerda que de la salud de los pies,  es el pilar de laestructura física del cuerpo, por este motivo no lo dejes pasar, si tienes niños en casa llévalos a una visión podológica lo antes posible. Los tratamientos en la infancia son preventivos de patologías en la edad adulta.

 

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Características de un buen calzado de seguridad

La protección de los pies durante las horas de trabajo es primordial, pues se suelen pasar muchas horas expuesto a los diferentes factores. En este caso hablaremos de los usuarios que deben llevar botas de seguridad en sus puestos para proteger los pies de los impactos o cortes que se puedan producir. Existen diferentes modelos en el mercado y deben adquirirse en lugares específicos donde está este tipo de zapatos.

Características de un buen calzado de seguridad

A continuación enumeraremos una serie de características que debe reunir un buen calzado de seguridad:

Aislantes del agua

Es muy importante que este calzado sea resistente e impermeable al agua, dado que es probable que los trabajadores entren en contacto con superficies mojadas. Son zapatos que están elaborados con material aislante, no solo para que el trabajador mantenga sus pies secos durante las largas jornadas, sino para evitar descargas eléctricas si ocurriese algún accidente.

Puntera de protección

La puntera de este tipo de calzado es rígida para proteger los dedos de los pies de los golpes o impactos. Es una de las partes del cuerpo más delicada y expuesta, por eso es muy fácil que ante un accidente los dedos sean los primeros que se dañen.

Calzado ergonómico

Por suerte este tipo de calzado ha mejorado mucho con el paso de los años y ya son más ergonómicos y cómodos. Antiguamente, eran muy rígidos y hacían daño a los trabajadores, pero actualmente se fabrican con materiales y plantillas que permiten pasar muchas horas de trabajo con ellos sin lastimar.

Resistentes

El calzado de trabajo debe ser de larga duración, pues es una inversión importante que se hace y por ello se espera que dure años. Busca tiendas de calidad donde puedas comprarlo y te garanticen que los materiales que utilizan son buenos para tus pies.

Aislantes del frío y calor

Los ambientes donde se trabaja con temperaturas extremas son también un riesgo para la salud. Por ello este tipo de zapato debe servir de barrera, así se evitarán problemas.

Ligeros

Es importante que este calzado no pese mucho, puesto que un calzado pesado acarrea problemas de pisada y fatiga muscular.

No escatimes ni subestimes este calzado porque podría salvarte la vida, por ello invierte o exige en el puesto de trabajo que sean usados de manera obligatoria. Además, al ser duraderos aguantarán a tu lado muchos años, por ello elige uno que cumpla todas las funciones que nombramos anteriormente.

Problemas que da en los pies el calzado de seguridad

Aun así, este tipo de calzado puede ocasionar una serie de problemas en nuestros pies:

  • Al soportar mucho tiempo con ellos puestos, esta bota puede generar dolor en la zona del tobillo.
  • No suelen ser muy transpirables, por lo que el exceso de sudoración podría ocasionar la aparición de algún tipo de hongo.
  • Al llevar un refuerzo en la puntera suele ser botas algo rígidas que puede provocar daños en las uñas, como hematomas u onicocriptosis o problemas con los dedos.
  • Esta rigidez también puede afectar de forma negativa a la movilidad del pie y tobillo, produciendo tendinitis o daños ante una posible caída.

Como poder prevenirlo

  • Hay que elegir un calzado que sea lo menos pesado posible dentro de este tipo de zapatos.
  • Al volver del trabajo es necesario airearlos y desinfectarlos cerca de una fuente de corriente de aire natural, como podría ser la ventana.
  • A la hora de elegir este tipo de botas busca aquellas que permitan más movilidad en la zona del tobillo.
  • Acude a revisiones podológicas frecuentes, ya sea para cortar las uñas y evitar daños, como para tratar de forma temprana todas las afecciones que pueden surgir.

Como siempre, desde nuestra clínica de Podología estamos a vuestra disposición para tratar sobre este tema. Además, recomendamos crear unas plantillas personalizadas, de esta forma aliviaremos a los pies durante las largas horas de trabajo.

 

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Calificación de verrugas plantares

Una afección que trabajamos mucho en consulta son los casos de verrugas plantares. Se trata de pequeños bultos que están en las primeras capas de la piel, la epidermis y la dermis. Suelen aparecer en las zonas del pie donde se carga más peso. Existen varios tipos y cada una tiene unas características y tratamiento propio.

Calificación de verrugas plantares

Hay dos tipos de verrugas plantares, es una afección muy común, pero en rara ocasión produce dolores.

  • Verrugas tipo mosaico: son muy pequeñas y crecen una al lado de la otra. Suelen ser más fáciles de tratar y eliminar que la solitaria..
  • Verrugas solitarias: Solo sale una única verruga y tiene un tamaño considerable. En ocasiones puede formarse otro conjunto de verrugas alrededor de esta.

Tipos de verrugas

La causa principal de la aparición de este tipo de verrugas se debe al virus del papiloma humano. Este virus entra en el cuerpo a través de pequeñas heridas, ya sean grietas o cortes que puede haber en la parte inferior del pie. Las causas más comunes por donde nos infectamos son los siguientes:

  • A través de duchas o piscinas públicas, donde el virus transita libremente por el suelo.
  • Por cortes o rozaduras.
  • Piel seca.
  • Exceso de sudoración que produce descamación de la piel.

Este tipo de verrugas no son potencialmente peligrosas. Con un tratamiento a tiempo suele desaparecer con el tiempo sin causar grandes males. Pero para ello hay que ser constante, no abandonar y cumplir las recomendaciones de nuestro podólogo de confianza. Las verrugas aunque no son perjudiciales si son persistentes, por lo que requiere de trabajo y paciencia poder deshacernos de ellas.

Tratamiento para las verrugas

Algunas verrugas desaparecen solas, pero en la mayoría de los casos necesitan un tratamiento para eliminarlas y reducir las posibles molestias.

  • Ácido salicílico: Pertenece a una clase de medicamentos llamados agentes queratolíticos y deben venderse con receta. Lo que hace es ir quitando capas de la piel de la verruga poco a poco tras cada aplicación.
  • Crioterapia: este tratamiento debe llevarse a cabo en una clínica de podología como la de Elena García en Granada. Esto consiste en la aplicación de nitrógeno líquido en la verruga a través de un aerosol o hisopo.
  • Otros ácidos: una vez se ha limpiado la  la superficie de la verruga se comienza a aplicar ácido. El problema es que uno de los efectos secundarios es que escuece y produce inflamación en la piel.
  • También se suelen tomar medicamentos para estimular el sistema inmunitario.
  •  Tratamientos láser: a través de un tratamiento láser se pueden quemar los pequeños vasos sanguíneos cerrados. Esto provoca que el tejido muera y la verruga con el tiempo se cae. 

Elegir una modalidad u otra dependerá de lo que os aconseje vuestro podólogo de confianza. Nosotros hacemos una evaluación en consulta y dependiendo de la situación nos decantamos por un tratamiento u otro.

Prevención para no coger verrugas plantares

Para no coger verrugas plantares es necesario tener cierto cuidado:

  • No andar descalzo por zonas públicas como piscinas o saunas, pues este virus prolifera en terrenos cálidos y húmedos.
  • Llevar una buena higiene de pies, lavarlos y secarlos de forma minuciosa todos los días. Evite compartir toallas y calzado con otros miembros de la familia.
  • Si tiene grietas o heridas en los pies, cuídalos y protégelo hasta su sanación. Como ya hemos comentado, el virus entra por este tipo de afecciones en la piel.
  • Si por casualidad tocamos alguna verruga, es necesario lavarse bien las manos sin tocar ninguna parte de nuestro cuerpo.

Es una patología que se puede prevenir con un poco de cuidado y tomando ciertas precauciones. Si eres asiduo a espacios públicos, lleva siempre calzado como chanclas o patines de goma para evitar tocar el suelo con los pies desnudos.

 

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Cuidados de pies el otoño: secuelas del verano

El comienzo de curso trae cambios de temperatura. Por lo tanto, cambio de armario y de calzado. Tanto los mayores como los más pequeños, empezamos una nueva etapa en la que debemos cubrir nuestros pies hasta la llegada del buen tiempo.

Durante estos meses los pies deberán recibir atenciones que, por desgracia, casi nunca  perciben. Al estar cubiertos, nos olvidamos de ellos y al final pagamos las consecuencias.

Volver a la rutina, ya sea el trabajo, la escuela o universidad, nos obliga a pasar muchas horas sentados o de pie. Además, se le suma que esas horas transcurren generalmente en estado de estrés o angustia. Todo eso repercutirá en los cuidados y, por tanto, en la salud de nuestros pies.

No hay duda que el cambio de calzado debido a los cambios climáticos y las responsabilidades laborales suele acarrear algunos problemas a los pies. Pasamos de llevar sandalias y chanclas, a usar botas, botines o zapatos cerrados. El pie pasa de estar libre a sentirse apretado y congestionado.

Consecuencias del verano

El verano suele dejar una serie de lesiones en los pies, debido a la vida algo alborotada que se lleva durante esos meses. Por esa razón, en nuestra consulta de Podología Elena García en Granada, solemos encontrar las siguientes afecciones durante las últimas semanas de septiembre y las primeras de octubre:

  • Pies extremadamente secos, con grietas en talones.
  • Rozaduras y ampollas causadas por las chanclas y las sandalias.
  • Dolores de pies y tobillo por el uso abusivo de chanclas.
  • Hongos en los pies o uñas por no utilizar calzado en las diferentes zonas comunes como piscinas o vestuarios, así como el uso excesivo de esmalte de uñas.

Por ello siempre recomendamos preparar los pies para el otoño, pues al venir muy dañados, podrían molestar aún más al meterlos en un zapato cerrado.

Consecuencias crónicas

Las enfermedades que se cogen durante el verano pueden cronificarse durante el otoño:

  • Micosis en uñas: los hongos en las uñas son en ocasiones difíciles de eliminar. Es fácil contagiarse de ellos durante el verano. Pero es complicado tratarlos durante el invierno, dado que en ocasiones los pacientes no se dan cuenta.
  • Papilomas o verrugas plantares: en verano solemos caminar descalzos durante mucho tiempo y es fácil contagiarse de alguna afección de este tipo.
  • Fascitis plantar: muchas personas abusan de las chanclas en verano, algo que produce dolor en la zona de la planta o el talón.
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Cuidados de pies el otoño

A continuación daremos una serie de consejos para tratar y conservar la salud de los pies durante los meses de frío:

  • Más vale prevenir que curar: acude a tu podólogo de confianza al finalizar el verano y haz una puesta a punto de tus pies.
  • Trata todas las afecciones que el podólogo pueda encontrar: hongos, papilomas, sequedad, etc.
  • Utiliza productos específicos en casa y mantén hidratados los pies. Esto es primordial durante todo el año.
  • Corta las uñas de forma adecuada, si no sabes hacerlo acude a un podólogo y ellos lo harán correctamente. De esta forma evitaremos uñas encarnadas, infecciones en los dedos y molestias graves.
  • Usa calzado adecuado: si tienes zapatos deformados o muy desgastados, deséchalos. Lo único que producirán serán deformaciones en los pies.
  • Usar zapatos transpirables y adecuados a las diferentes épocas del año.
  • Lava los pies diariamente y luego debes secarlos de forma minuciosa. No los introduzcas húmedos en ningún calzado o calcetín.
  • Los calcetines deben evitar la humedad. Hay que usar productos hechos con los materiales adecuados en función de la actividad que se vaya a realizar a lo largo del día. No es lo mismo salir a correr que ir a trabajar.
  • Si hace humedad o eres de los que padeve mucha sudoración por los pies es conveniente que cambies de calcetines dos o tres veces al día.
  • No te pintes las uñas de los pies. En invierno no solemos mostrar los pies, por lo tanto, cuando las pintamos no solemos quitarla hasta pasado muchos días o semanas. Como ya sabemos, esta acción puede ser contraproducente.

 

 

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Cómo elegir un buen calzado de seguridad

Como ya sabemos, los pies son los grandes perjudicados en la seguridad y la salud del cuerpo, pues no reciben la atención que necesitan. Están muy expuestos y hacen un gran trabajo diario que puede perjudicarlos. Por ello, vamos a tratar en esta ocasión el tema del calzado de seguridad, el cual está incluido en la normativa vigente de las empresas. Su uso es imprescindible en muchos sectores y, teniendo en cuenta que la tecnología en su fabricación ha mejorado mucho, son cada vez más cómodos.

Lo que pretendemos con este artículo es hacerle saber a los pacientes de nuestra clínica de Podología Elena García en Granada que elegir adecuadamente el calzado de seguridad es imprescindible para salvaguardar la integridad de nuestros pies. Atención: si eres de los que usan calzado de seguridad, te explicaremos sus partes y los riesgos de no usarlos a diario en tu puesto de trabajo.

Cómo elegir un buen calzado de seguridad

Si trabajas en lugares donde tus pies pueden estar expuestos, es necesario que elijas un calzado de seguridad adecuado. A continuación elaboraremos un listado de lo que debes tener en cuenta a la hora de comprar un calzado de seguridad:

Qué actividad realizas

Cada calzado de seguridad se adecua a las necesidades laborales. En función del trabajo que se lleve a cabo, hay que llevar un modelo u otro, y eso lo dictamina la normativa vigente. No es lo mismo trabajar en una planta química que en una fábrica de papel, por ejemplo.

Qué talla tienes

Es importante elegir la talla correcta para que todas las partes del pie queden protegidas por el zapato. Hay que probárselos cuando el pie se encuentra dilatado; por ello, es mejor acudir a la tienda al final de la tarde, así podremos elegir un número que no nos apriete.

Peso del zapato

Un calzado ligero siempre será más cómodo de llevar y nos permitirá desplazarnos de forma más segura y rápida por los espacios. Nuestros pies estarán mucho tiempo dentro de ese calzado, así que busca uno cómodo y poco pesado para que el tobillo no sufra de más.

Que sean transpirables

Es ideal que todos los calzados que se tengan que usar de manera frecuente y durante varias horas sean transpirables. Esto evitará que el pie se recaliente demasiado o se baje en exceso la temperatura, dependiendo del ambiente. Si esto no fuera así, saldrían ampollas o rozadoras.

Busca que el calzado esté elaborado con buenos materiales; esto hará que cumpla las normativas y sea seguro para tus pies.

Buen cierre

Los zapatos deben tener un buen cierre para que ningún objeto extraño pueda introducirse dentro de ellos. En algunos ambientes laborales, hay restos de cristales o metales que pueden acceder al interior del zapato si no se tiene cuidado.

Que sean impermeables

No solo los objetos pueden acceder al calzado, sino también los líquidos. Por lo tanto, los zapatos deben ser impermeables para evitar que algún líquido corrosivo se filtre en ellos.

Deben ser flexibles

Antiguamente, las botas o calzados de seguridad eran muy rígidos y difíciles de llevar. Por suerte, en la actualidad ya pueden encontrarse zapatos más cómodos que nos permiten movernos por los espacios de forma segura.

Que estén certificados

Asegúrate de que el calzado seleccionado tenga garantía de calidad. Busca una certificación por parte del fabricante que garantice que los elementos anteriormente descritos están presentes.

Si los zapatos reúnen las características que hemos comentado, serán seguros; si no, podrían ser perjudiciales para la salud. Si tienes dudas, acude a tu profesional de confianza para preguntarle aquello que necesitas.

El calzado de seguridad tiene como fin proteger la integridad del pie, y para ello debe reunir una serie de características, tanto generales como específicas. Tenlo siempre en cuenta antes de comprar uno nuevo.

 

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