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Etiqueta: fibromialgia

Cómo se forma el hallux rigidus

El hallux rigidus es una afección médica que afecta la articulación del dedo gordo del pie, también conocida como articulación metatarsofalángica. Se caracteriza por la rigidez y la limitación del movimiento en esta articulación, lo que puede causar dolor y dificultad para caminar o realizar actividades que requieren flexión del dedo gordo.

Las causas del hallux rigidus pueden variar pero generalmente se deben a la degeneración del cartílago en la articulación debido al desgaste crónico, el envejecimiento, lesiones o deformidades estructurales del pie. También puede estar asociado con enfermedades como la artritis reumatoide o la gota.

Cómo se forma el hallux rigidus

El hallux rigidus se produce principalmente debido a la degeneración del cartílago en la articulación metatarsofalángica del dedo gordo del pie. Esta degeneración puede ocurrir debido a varias razones, entre las que se incluyen:

  1. Desgaste crónico: El uso excesivo y repetitivo de la articulación del dedo gordo del pie, como en actividades deportivas de alto impacto o profesiones que requieren movimientos repetitivos del pie, puede causar desgaste gradual del cartílago.
  2. Traumatismo: Lesiones agudas o traumas en la articulación pueden dañar el cartílago y provocar el desarrollo de hallux rigidus. Estos traumatismos pueden incluir fracturas, esguinces o luxaciones.
  3. Anomalías estructurales del pie: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollar hallux rigidus debido a la estructura anormal de su pie. Por ejemplo, una articulación metatarsofalángica anormalmente prominente o una predisposición a la osteoartritis pueden aumentar el riesgo.
  4. Enfermedades articulares: Condiciones como la artritis reumatoide, la gota y otras formas de artritis inflamatoria pueden contribuir al desarrollo de hallux rigidus.

A medida que el cartílago se degenera, los huesos subyacentes pueden rozar entre sí, lo que provoca la formación de crecimientos óseos llamados osteofitos o «espolones». Estos osteofitos pueden limitar aún más el movimiento de la articulación, causando rigidez y dolor.

Síntomas del hallux rigidus

Los síntomas del hallux rigidus pueden variar de una persona a otra, pero generalmente incluyen los siguientes:

  1. Dolor: Este es uno de los síntomas más comunes del hallux rigidus. Puede ser leve al principio y aumentar gradualmente a medida que la condición progresa. El dolor suele ser localizado en la base del dedo gordo del pie, en la articulación metatarsofalángica.
  2. Rigidez: La rigidez es otro síntoma característico del hallux rigidus. La articulación del dedo gordo del pie puede volverse rígida y limitar el rango de movimiento. Al principio, la rigidez puede ser más evidente después de períodos de inactividad, como al despertar por la mañana o después de un período prolongado de estar sentado.
  3. Dificultad para caminar: A medida que el hallux rigidus progresa, la rigidez y el dolor pueden dificultar la capacidad para caminar correctamente. Puede haber dificultad para empujar el pie desde los dedos al caminar, lo que puede alterar la marcha y provocar cojera.
  4. Hinchazón e inflamación: En algunos casos, la articulación puede hincharse y volverse sensible al tacto. Esto suele estar asociado con la presencia de inflamación en la articulación.
  5. Limitación de actividades: El hallux rigidus puede afectar la capacidad para participar en actividades físicas que requieren flexión del dedo gordo del pie, como correr, saltar o agacharse. La limitación de estas actividades puede tener un impacto en la calidad de vida y en la capacidad para realizar actividades diarias normales.

Tratamiento hallux rigidus

En cuanto al tratamiento del hallux rigidus, existen varias opciones disponibles y la elección depende de la gravedad de los síntomas y la progresión de la enfermedad. Algunas opciones de tratamiento comunes son:

  1. Medicamentos: Los analgésicos de venta libre como el paracetamol o los antiinflamatorios no esteroides (AINE) pueden aliviar el dolor y reducir la inflamación asociada al hallux rigidus. En casos más graves, se pueden recetar medicamentos más fuertes o inyecciones de corticosteroides para el alivio del dolor.
  2. Terapia física: Los ejercicios de fisioterapia y estiramientos específicos pueden ayudar a mantener la flexibilidad y fortalecer los músculos y ligamentos alrededor de la articulación afectada.
  3. Ortesis: El uso de plantillas ortopédicas, soportes o calzado especializado puede proporcionar apoyo adicional al pie y reducir la presión sobre la articulación afectada.
  4. Infiltraciones de ácido hialurónico: Se pueden administrar inyecciones de ácido hialurónico en la articulación para lubricarla y mejorar la movilidad.
  5. Cirugía: En casos graves en los que otros tratamientos no han tenido éxito, la cirugía puede ser considerada. Hay diferentes opciones quirúrgicas que van desde procedimientos mínimamente invasivos hasta la fusión articular o incluso la sustitución total de la articulación.

 

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Cómo tratar la psoriasis en los pies

La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por la aparición de parches de piel enrojecida y escamosa que a menudo causan picazón y dolor. Estos parches aparecen en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en el cuero cabelludo, los codos, las rodillas y la parte inferior de la espalda.

Esta patología suele aparecer cuando el sistema inmunitario del cuerpo envía señales incorrectas que hacen que las células de la piel crezcan demasiado rápido. En una persona sana, las células de la piel se renuevan cada 28-30 días, pero en una persona con psoriasis, este proceso se acelera y las células de la piel se renuevan cada 3-4 días. Este crecimiento acelerado de las células de la piel provoca la formación de parches rojos y escamosos en la piel. Obviamente, no es una enfermedad contagiosa, pero tampoco se puede curar, aunque sí tiene varios tratamientos que ayudan a reducir los síntomas y controlar la enfermedad.

La psoriasis también afecta a los pies

Aunque los pies no suelen estar entre las zonas más usuales donde se desarrolla la psoriasis, es cierto que hay personas que lo padecen. Por desgracia, es una zona muy incómoda, pues suele estar tapada y recibe pocas atenciones.

Sintomatología

Los síntomas de la psoriasis en los pies pueden variar dependiendo de la gravedad y extensión de la enfermedad, pero algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  1. Parches rojos y escamosos: estos parches pueden aparecer en cualquier parte del pie, incluyendo la planta, los talones, los dedos y los costados del pie.
  2. Descamación: la piel afectada por la psoriasis en los pies se puede escapar y desprenderse, lo que puede provocar picazón y dolor.
  3. Dolor: algunos pacientes con psoriasis en los pies pueden experimentar dolor, especialmente si la piel está muy agrietada o inflamada.
  4. Fisuras en la piel: la piel afectada por la psoriasis en los pies puede agrietarse y formar fisuras, lo que puede hacer que caminar o estar de pie sea doloroso.
  5. Engrosamiento de las uñas: en algunos casos, la psoriasis en los pies puede causar engrosamiento y decoloración de las uñas de los pies.

Es importante destacar que esta enfermedad en los pies puede ser difícil de tratar debido a la humedad y el calor que se encuentran en esta área del cuerpo. Por lo tanto, es relevante trabajar con un especialista como los que hay en nuestra clínica de Podología Elena García en Granada, especialista en piel para determinar el mejor tratamiento para su caso específico.

Tratamiento para la psoriasis

Los tratamientos para la psoriasis en los pies pueden variar dependiendo de la gravedad y extensión de la enfermedad, pero algunos de los tratamientos más comunes incluyen:

  1. Cremas y ungüentos tópicos: los corticosteroides y otros medicamentos tópicos pueden ser útiles para reducir la inflamación, la picazón y la descamación en los pies afectados por la psoriasis.
  2. Fototerapia: la exposición a la luz ultravioleta puede ayudar a reducir la inflamación y la descamación en la piel afectada por la psoriasis. La fototerapia se puede realizar en un consultorio médico o en casa con un dispositivo de fototerapia recetado.
  3. Medicamentos sistémicos: en casos graves de psoriasis en los pies, se pueden recetar medicamentos sistémicos, como metotrexato o ciclosporina, para reducir la inflamación y mejorar los síntomas.
  4. Baños de sales Epsom: sumergir los pies en agua tibia con sales Epsom puede ayudar a reducir la inflamación y la picazón asociadas con la psoriasis en los pies.
  5. Mantener los pies secos y limpios: mantener los pies limpios y secos es importante para prevenir la infección en la piel agrietada y reducir la inflamación. Se recomienda usar zapatos transpirables y calcetines de algodón para mantener los pies secos.

 

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¿Cómo tratar heridas en los pies en casa?

Los pies son una zona delicada y en ocasiones después de algún tratamiento necesitan de atenciones especiales por las heridas que hayan podido padecer. Es habitual encontrarnos en nuestra consulta de Podología Elena García Granada con pacientes que tienen pequeñas heridas en el pie. Estas afecciones suelen venir producidas por múltiples factores: remedios caseros, caídas, rozaduras, choques, impactos, operaciones o tratamientos.

Los pies son dos elementos que se pasan toda la vida trabajando y soportando peso y fricciones, a la misma vez que están ocultos la mitad del tiempo. Esto último dificulta mucho las cosas, pues al estar ocultos no reciben las mismas atenciones que por ejemplo las manos. Esto trae consecuencias negativas hacia ellos, pues cualquier pequeña herida puede complicarse significativamente.

Dada esa despreocupación que existe hacia los pies, solemos encontrarnos serios problemas en la clínica, pero también pequeñas cosas que en casa podrían curarse. Por este motivo, a continuación daremos algunos consejos sobre cómo cuidar los pies cuando aparezcan pequeñas heridas.

¿Cómo tratar heridas en los pies en casa?

Las heridas en los pies pueden ser incómodas e incluso dolorosas, pero la buena noticia es que la mayoría pueden tratarse en casa. Aquí hay algunos consejos que damos para que nuestros pacientes puedan cuidarse estas afecciones en casa.

  • Limpie la herida: Lave suavemente la herida con agua y jabón suave. Asegúrese de eliminar cualquier suciedad o residuo de la herida. Es mejor usar agua tibia para ayudarl y permitir una limpieza más profunda.
  • Aplicar un antiséptico: Después de limpiar la herida, aplique un antiséptico como clorhexidina para ayudar a prevenir infecciones.
  • Cubrir la herida: Para ello es mejor emplear una gasa estéril o un vendaje para cubrir la herida. Esto ayudará a mantener la herida limpia y protegida.
  • Descansar: Es mejor evitar poner peso sobre la herida, si es posible, para ayudar a reducir el dolor y permitir que la herida se cure más rápidamente.
  • Cambie el vendaje diariamente: Asegúrese de cambiar el vendaje o la gasa diariamente y cada vez que se moje o ensucie para mantener la herida limpia.

Si la herida no se cura en unos pocos días o se ve infectada, consulte a un profesional.

Consejos para evitar pequeñas heridas en los pies

Hay varias medidas que puede tomar para evitar pequeñas heridas en los pies, no siempre es posible, pero al menos podemos intentarlo cuando se pueda:

  • Usar zapatos cómodos: Los zapatos que le quedan bien y son cómodos ayudan a evitar que se hagan ampollas y callos. Es importante asegurarnos de utilizar zapatos que estén diseñados para su actividad, como correr o caminar.
  • Los calcetines deben ser adecuados: Los calcetines adecuados pueden ayudar a prevenir la fricción y las ampollas. Compre calcetines que sean transpirables y que absorban la humedad.
  • Mantener las uñas de los pies cortas: Las uñas de los pies largas pueden causar dolor y molestias. Mantenerlas cortadas de forma regular para evitar que se claven en la piel.
  • Evitar usar zapatos gastados o rotos: Los zapatos gastados o rotos pueden causar fricción y aumentar el riesgo de ampollas y callos. Reemplace sus zapatos cuando sea necesario, mejor pocos y de calidad que muchos y malos.
  • Usar almohadillas protectoras si fuera necesario: Si se tiene un área sensible en el pie, como un callo o una ampolla, puede utilizar almohadillas protectoras para ayudar a reducir la fricción y el dolor.

Recuerde siempre prestar atención a sus pies y tratar las pequeñas heridas y ampollas tan pronto como las note para evitar que se conviertan en problemas más grandes.

 

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¿Qué son los pies planos en niños o adultos?

En la infancia es donde se desarrolla o manifiesta diferentes afecciones en los pies, pero también es la mejor etapa para poder tratarlos. Como siempre decimos los primeros años de vida son clave para curar, luego lo único que podemos hacer es paliar. Si tienes un bebe y este está empezando a caminar, llévalo al podólogo para una revisión, de esta forma se detectará a tiempo cualquier malformación que pueda desarrollar en la pisada.

¿Qué son los pies planos en niños o adultos?

Una de las patologías más comunes es tener los pies planos en niños, y aunque es doloroso o incómodo se puede tratar. Podríamos definirlo de la siguiente forma:

Tener los pies planos significa que la persona tiene una disminución en la altura del arco del pie, lo que hace que el pie parezca más plano en comparación con un pie con un arco normal. En los pies planos, el arco del pie toca el suelo completamente o casi completamente, lo que puede dar como resultado una mayor superficie de contacto del pie con el suelo al caminar o estar de pie.

Esta condición también se conoce como pie plano o pie plano flexible y es usual en bebés y niños pequeños, ya que el arco del pie se desarrolla gradualmente durante los primeros años de vida. En algunos casos, los pies planos pueden persistir en la edad adulta y pueden ser causados por una variedad de factores, como la genética, el exceso de peso, lesiones o ciertas afecciones médicas.

En general, los pies planos no causan problemas o síntomas y muchas personas con pies planos no necesitan tratamiento. Sin embargo, en algunos casos, los pies planos pueden causar dolor en los pies, las piernas o la espalda, o pueden contribuir a la aparición de otras afecciones como fascitis plantar o tendinitis. En estos casos, se pueden recomendar ejercicios de fortalecimiento, uso de calzado adecuado o plantillas para ayudar a mejorar la postura y reducir el dolor.

Tratamientos para piel planos en niños y adultos

A continuación, se presentan algunos tratamientos que pueden ayudar a tratar los pies planos y conseguir así una mejor calidad de vida tanto en niños como en adultos:

  • Ejercicios de fortalecimiento: Ejercicios como levantamiento de talones, levantamiento de dedos del pie y estiramientos del tendón de Aquiles pueden ayudar a fortalecer los músculos de los pies y mejorar el arco.
  • Plantillas a medida: Las plantillas o soportes para el arco pueden proporcionar un soporte adicional para el pie y mejorar la distribución del peso.
  • Calzado adecuado: Los zapatos con soporte para el arco ayudan a mejorar la postura y distribución del peso. Se recomienda buscar zapatos con un soporte para el arco y una suela firme.
  • Pérdida de peso: Si se padece de sobrepeso u obesidad, bajar algunos kilos puede reducir la carga sobre los pies y mejorar la postura.
  • Tratamiento: Si los pies planos causan dolor y limitaciones en la actividad diaria, el médico puede recomendar fisioterapia, inyecciones de esteroides o cirugía. Estas últimas son para casos muy concretos dado que son terapias mucho más invasivas que las anteriores.

Es importante consultar con un especialista y hacerse un estudio de la pisada antes de comenzar cualquier tratamiento. Ellos pueden evaluar la gravedad de los pies planos y recomendar qué tipo de terapia o remedio se adaptaría mejor a la disfuncionalidad que posee el paciente.

Calzado y plantilla

En consulta solemos responder mucho a la cuestión de qué calzado es necesario para llevar plantillas. Lo cierto es que los modelos suelen ser un poco limitados, pues estos deben ser cerrados y con una buena sujeción al tobillo.

En verano esto se complica, pero hay zapatos que se pueden adaptar a ambas circunstancias. Aun así, como siempre decimos por no llevar plantillas puestas días puntuales no pasa nada.

 

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Cómo cuidar los pies para poder hacer senderismo

Cuidar los pies para poder hacer senderismo sin sufrir daños es muy importante, dado que la montaña es un territorio complejo. Cuando se trata de ir a la montaña, los pies son la principal herramienta y deben tener un mantenimiento adecuado para salir sanos y salvos de la travesía. Aunque pienses que el sendero que vas a realizar es sencillo, la montaña puede ser un poco traicionera, de ahí que tomar todas las precauciones es importante.

Cuando paseamos por la montaña los pies son los que más sufren debido a la multitud de impactos y peso que soportan. Durante estos paseos lidiar con dolores o heridas en los pies no es buena señal, pues se hará insoportable el paseo. Por ello es primordial cuidar los pies antes de empezar el camino, pues será la única forma de prevenir daños.

Cómo cuidar los pies para poder hacer senderismo

A continuación daremos una serie de consejos para poder cuidar los pies antes de comenzar a hacer senderismo. Tanto si eres un habitual de este deporte como un aficionado, necesitarás llevar a cabo una rutina para poder mantener sano los pies en la montaña.

Preparar los pies previo a salir

Prevenir antes que curar es la clave, por ello es importante llevar una correcta higiene y unos cuidados apropiados en los pies para que no salgan heridas. Lavarse con agua templada y jabón, y después secarlos de manera minuciosa por todas partes para evitar la aparición de hongos.

Una vez que los pies estén bien secos, podrás aplicar una fina capa de vaselina en aquellas zonas que son problemáticas. Están son en las que suelen aparecer ampollas o rozaduras como los talones o los laterales de los dedos. Ten siempre las uñas bien cortadas.. Si no sabes hacerlo acude a tu podólogo de confianza como los que encontrarás en nuestra clínica de podología Elena García en Granada.

Una forma de prevenir la aparición de ampollas es tener los pies siempre bien hidratados, así evitaremos la fricción. Deben ser cremas específicas y de esta forma también detectaremos si tenemos alguna dureza para ir a tratarla y eliminarla lo mejor posible.

Calcetines específicos

La elección correcta de calcetines será clave para poder cuidar tus pies de forma correcta durante la caminata. Los calcetines se deben adaptar bien al pie, sin que hagan pliegues, ni queden grandes ni pequeños. Hay calcetines técnicos de telas sintéticas que ayudan a transpirar y no se acumule la humedad.

Calzado adecuado al terreno

En función de la actividad que vamos a realizar y de cómo sea el terreno deberemos escoger un tipo u otro de calzado. La salud de tus pies y de tu tobillo dependerá de llevar zapatillas o botas. Acude a tiendas específicas y pregunta a los profesionales si tienes dudas, pero de nada sirve que lleves los pies muy bien hidratados si luego llevas zapatillas de runner para subir una montaña escarpada.

Sobre todo nunca vayas a la montaña con zapatos nuevos, es mejor que las hayas usado previamente para poder adaptarlo a tus pies. Llévalas a excursiones cortas o a paseos cerca de casa, de esta forma evitarás pasar un mal rato durante la escapada, pues no hay nada que haga más daño que calzado nuevo.

Atiende al dolor

Las rozaduras pueden convertirse en una hería mucho mayor si no se les presta especial atención. Párate durante el camino, cúrate la herida con un pequeño kit que debes llevar siempre a mano. Busca una forma de modificar el calcetín o el zapato para poder continuar la marcha sin sufrir males mayores.

Lleva repuestos

Siempre debes tener en la mochila unos calcetines de repuesto para poder cambiarlos cuando los pies están húmedos, rotos o te estén lastimando. No supone esfuerzo y podría salvarte de una mala experiencia durante la actividad.

Prepara un kit de primeros auxilios

Como hemos comentado en párrafos anteriores, llevar siempre con uno mismo un pequeño botiquín con las herramientas necesarias para poder curar una herida. Gasas, vendas, apósitos, desinfectante, tijeras, etc. Todo esto nos ayudará a solventar cualquier problemática, ya sea propia o de algún compañero de aventura.

 

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Afecciones o patologías en los pies de menores

Los niños, al igual que los adultos, también sufren de diferentes patologías en los pies y algunas se presentan en ellos de forma temprana. Cuando esto ocurre y podemos detectarlas a tiempo se podrán paliar e incluso solucionar sin mayores problemas para el futuro. Cuanto antes se detecten los problemas en los pies de los niños, más fácil será solucionarlos.

Por ello desde nuestra clínica de Podología Elena García en Granada siempre aconsejamos a los padres que traigan a sus hijos lo antes posible a consulta si notan que los niños caminan «raro». Una vez en ella le realizaremos las revisiones pertinentes acordes a la edad que tenga. En la mayoría de los casos no habrá que poner tratamiento con plantillas, con algún cambio en sus habitos será suficiente, en otros realizaremos seguimientos o tenemos que utilizar plantillas personalizadas con sus correspondientes ajustes a medida que estos niños van creciendo.

En este artículo ejecutaremos un listado de algunas patologías que solemos encontrar en los niños tras las primeras consultas.

Afecciones o patologías en los pies de niños

Caminar de puntillas

La marcha de puntillas en los niños puede deberse a una alteración biomecánica si esta se mantiene hasta los 10 años. Es algo que por lo general puede evolucionar desde los primeros años de vida, pero también hay casos en los que se presenta de forma aislada durante los 5 o 6 años de edad. Es un tema algo complejo, pues por desgracia suele pasar desapercibido en muchos casos.

Los niños que caminan de puntillas es porque no pueden hacerlo de forma correcta, por lo tanto, primero apoyan la punta y después el talón. Cuando esto sucede se genera estrés en las estructuras y un acortamiento muscular en la zona posterior de la pierna. Puede ser leve o aguda, puede ser dolorosa o asintomática. Si esto último ocurre, no es señal de que no deba tratarse.

Las razones por las que se genera esta patología son varias, entre ellas podemos encontrar que sea de origen muscular, estructural o neurológico. El tratamiento que se debe aplicar es multidisciplinar.

Pie con Podorosis

La podorosis es la aparición del mal olor en los pies y aunque en la mayoría de los casos se debe a la aparición de hongos en los pliegues, también puede deberse a que proliferen por usar calzado cerrado. Es normal que los niños pasen mucho tiempo con sus zapatos puestos, corriendo, saltando, jugando..

Pero es mejor que al llegar a casa se los quiten, o los cambien. De esta forma el pie descansará, se oreará y la posibilidad de que le suden y le huelan mal disminuirá considerablemente.

Pie con papilomas plantares

Los papilomas son una afección que se extiende rápido y más entre la población infantil. Son lesiones víricas pequeñas que con el tiempo pueden expandirse y multiplicarse. Los menores andan descalzos por muchas zonas que no deberían, no prestan atención a usar chanclas o no ir descalzos por los vestuarios. Y son en estos lugares húmedos donde más suele proliferar el contagio de verrugas plantares y demás hongos.

El papiloma plantar es de aspecto rugoso y suele mostrar unos pequeños puntitos oscuros por la superficie. Suelen ser dolorosas, aunque no siempre, por ello suelen ser muy molesta para los niños que van corriendo a todas partes.

No hay un solo tratamiento, es mejor que acudas al podólogo y ellos evalúen la gravedad de la afección. Entre los remedios podemos encontrar el uso de ácido salicílico, quemadura con sustancias ácidas, laser, crioterapia e incluso cirugía.

Recuerda que de la salud de los pies,  es el pilar de laestructura física del cuerpo, por este motivo no lo dejes pasar, si tienes niños en casa llévalos a una visión podológica lo antes posible. Los tratamientos en la infancia son preventivos de patologías en la edad adulta.

 

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Características de un buen calzado de seguridad

La protección de los pies durante las horas de trabajo es primordial, pues se suelen pasar muchas horas expuesto a los diferentes factores. En este caso hablaremos de los usuarios que deben llevar botas de seguridad en sus puestos para proteger los pies de los impactos o cortes que se puedan producir. Existen diferentes modelos en el mercado y deben adquirirse en lugares específicos donde está este tipo de zapatos.

Características de un buen calzado de seguridad

A continuación enumeraremos una serie de características que debe reunir un buen calzado de seguridad:

Aislantes del agua

Es muy importante que este calzado sea resistente e impermeable al agua, dado que es probable que los trabajadores entren en contacto con superficies mojadas. Son zapatos que están elaborados con material aislante, no solo para que el trabajador mantenga sus pies secos durante las largas jornadas, sino para evitar descargas eléctricas si ocurriese algún accidente.

Puntera de protección

La puntera de este tipo de calzado es rígida para proteger los dedos de los pies de los golpes o impactos. Es una de las partes del cuerpo más delicada y expuesta, por eso es muy fácil que ante un accidente los dedos sean los primeros que se dañen.

Calzado ergonómico

Por suerte este tipo de calzado ha mejorado mucho con el paso de los años y ya son más ergonómicos y cómodos. Antiguamente, eran muy rígidos y hacían daño a los trabajadores, pero actualmente se fabrican con materiales y plantillas que permiten pasar muchas horas de trabajo con ellos sin lastimar.

Resistentes

El calzado de trabajo debe ser de larga duración, pues es una inversión importante que se hace y por ello se espera que dure años. Busca tiendas de calidad donde puedas comprarlo y te garanticen que los materiales que utilizan son buenos para tus pies.

Aislantes del frío y calor

Los ambientes donde se trabaja con temperaturas extremas son también un riesgo para la salud. Por ello este tipo de zapato debe servir de barrera, así se evitarán problemas.

Ligeros

Es importante que este calzado no pese mucho, puesto que un calzado pesado acarrea problemas de pisada y fatiga muscular.

No escatimes ni subestimes este calzado porque podría salvarte la vida, por ello invierte o exige en el puesto de trabajo que sean usados de manera obligatoria. Además, al ser duraderos aguantarán a tu lado muchos años, por ello elige uno que cumpla todas las funciones que nombramos anteriormente.

Problemas que da en los pies el calzado de seguridad

Aun así, este tipo de calzado puede ocasionar una serie de problemas en nuestros pies:

  • Al soportar mucho tiempo con ellos puestos, esta bota puede generar dolor en la zona del tobillo.
  • No suelen ser muy transpirables, por lo que el exceso de sudoración podría ocasionar la aparición de algún tipo de hongo.
  • Al llevar un refuerzo en la puntera suele ser botas algo rígidas que puede provocar daños en las uñas, como hematomas u onicocriptosis o problemas con los dedos.
  • Esta rigidez también puede afectar de forma negativa a la movilidad del pie y tobillo, produciendo tendinitis o daños ante una posible caída.

Como poder prevenirlo

  • Hay que elegir un calzado que sea lo menos pesado posible dentro de este tipo de zapatos.
  • Al volver del trabajo es necesario airearlos y desinfectarlos cerca de una fuente de corriente de aire natural, como podría ser la ventana.
  • A la hora de elegir este tipo de botas busca aquellas que permitan más movilidad en la zona del tobillo.
  • Acude a revisiones podológicas frecuentes, ya sea para cortar las uñas y evitar daños, como para tratar de forma temprana todas las afecciones que pueden surgir.

Como siempre, desde nuestra clínica de Podología estamos a vuestra disposición para tratar sobre este tema. Además, recomendamos crear unas plantillas personalizadas, de esta forma aliviaremos a los pies durante las largas horas de trabajo.

 

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Cuidados de pies el otoño: secuelas del verano

El comienzo de curso trae cambios de temperatura. Por lo tanto, cambio de armario y de calzado. Tanto los mayores como los más pequeños, empezamos una nueva etapa en la que debemos cubrir nuestros pies hasta la llegada del buen tiempo.

Durante estos meses los pies deberán recibir atenciones que, por desgracia, casi nunca  perciben. Al estar cubiertos, nos olvidamos de ellos y al final pagamos las consecuencias.

Volver a la rutina, ya sea el trabajo, la escuela o universidad, nos obliga a pasar muchas horas sentados o de pie. Además, se le suma que esas horas transcurren generalmente en estado de estrés o angustia. Todo eso repercutirá en los cuidados y, por tanto, en la salud de nuestros pies.

No hay duda que el cambio de calzado debido a los cambios climáticos y las responsabilidades laborales suele acarrear algunos problemas a los pies. Pasamos de llevar sandalias y chanclas, a usar botas, botines o zapatos cerrados. El pie pasa de estar libre a sentirse apretado y congestionado.

Consecuencias del verano

El verano suele dejar una serie de lesiones en los pies, debido a la vida algo alborotada que se lleva durante esos meses. Por esa razón, en nuestra consulta de Podología Elena García en Granada, solemos encontrar las siguientes afecciones durante las últimas semanas de septiembre y las primeras de octubre:

  • Pies extremadamente secos, con grietas en talones.
  • Rozaduras y ampollas causadas por las chanclas y las sandalias.
  • Dolores de pies y tobillo por el uso abusivo de chanclas.
  • Hongos en los pies o uñas por no utilizar calzado en las diferentes zonas comunes como piscinas o vestuarios, así como el uso excesivo de esmalte de uñas.

Por ello siempre recomendamos preparar los pies para el otoño, pues al venir muy dañados, podrían molestar aún más al meterlos en un zapato cerrado.

Consecuencias crónicas

Las enfermedades que se cogen durante el verano pueden cronificarse durante el otoño:

  • Micosis en uñas: los hongos en las uñas son en ocasiones difíciles de eliminar. Es fácil contagiarse de ellos durante el verano. Pero es complicado tratarlos durante el invierno, dado que en ocasiones los pacientes no se dan cuenta.
  • Papilomas o verrugas plantares: en verano solemos caminar descalzos durante mucho tiempo y es fácil contagiarse de alguna afección de este tipo.
  • Fascitis plantar: muchas personas abusan de las chanclas en verano, algo que produce dolor en la zona de la planta o el talón.
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Cuidados de pies el otoño

A continuación daremos una serie de consejos para tratar y conservar la salud de los pies durante los meses de frío:

  • Más vale prevenir que curar: acude a tu podólogo de confianza al finalizar el verano y haz una puesta a punto de tus pies.
  • Trata todas las afecciones que el podólogo pueda encontrar: hongos, papilomas, sequedad, etc.
  • Utiliza productos específicos en casa y mantén hidratados los pies. Esto es primordial durante todo el año.
  • Corta las uñas de forma adecuada, si no sabes hacerlo acude a un podólogo y ellos lo harán correctamente. De esta forma evitaremos uñas encarnadas, infecciones en los dedos y molestias graves.
  • Usa calzado adecuado: si tienes zapatos deformados o muy desgastados, deséchalos. Lo único que producirán serán deformaciones en los pies.
  • Usar zapatos transpirables y adecuados a las diferentes épocas del año.
  • Lava los pies diariamente y luego debes secarlos de forma minuciosa. No los introduzcas húmedos en ningún calzado o calcetín.
  • Los calcetines deben evitar la humedad. Hay que usar productos hechos con los materiales adecuados en función de la actividad que se vaya a realizar a lo largo del día. No es lo mismo salir a correr que ir a trabajar.
  • Si hace humedad o eres de los que padeve mucha sudoración por los pies es conveniente que cambies de calcetines dos o tres veces al día.
  • No te pintes las uñas de los pies. En invierno no solemos mostrar los pies, por lo tanto, cuando las pintamos no solemos quitarla hasta pasado muchos días o semanas. Como ya sabemos, esta acción puede ser contraproducente.

 

 

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¿Qué es el síndrome de cintilla iliotibial o rodilla de corredor?

De manera frecuente solemos encontrar en consulta a  pacientes que tienen un síndrome relativamente común. Este es el síndrome de cintilla iliotibial. Es una patología que afecta mucho a corredores de larga distancia, así como ciclistas profesionales o semiprofesionales. Se trata de una tendinitis que se produce en la banda iliotibial, que a su vez puede tener asociado otro problema como la bursitis.

Si eres corredor habitual de larga distancia o practicas el ciclismo activo de manera frecuente, es importante que acudas a tu podólogo de confianza para que realices distintos estudios de seguimiento. El deporte es algo muy saludable, pero lo cierto es que en ocasiones puede producir algunos problemas que deben ser tratados lo antes posible.

En este artículo hablaremos sobre la rodilla de corredor, o cintilla iliotibial. Se trata de una afección que aunque la puede padecer todo el mundo, es más común entre ciertos deportistas. Si nunca has oído hablar de ella o si eres deportista de impacto, quédate a leer las características que presentan aquellos que la padecen.

¿Qué es el síndrome de cintilla iliotibial o rodilla de corredor?

La cintilla iliotibial forma parte del músculo tensor de la fascia que se encuentra en la espina iliaca anterosuperior. Su función principal es la abducción o separación de la cadera mientras estabilizan la rodilla por su cara externa.

¿Cómo se produce el daño?

El daño se desarrolla de forma progresiva, lo que supone un deterioro o detrimento en el tiempo de la carrera del usuario. El dolor aparece a los 10 minutos aproximadamente después de haber comenzado la marcha, algo que impide la continuidad de la carrera. El dolor se agudiza en zonas de pendientes y cuando el ritmo se ralentiza. Esto se debe al aumento de tiempo que está en contacto la cintilla iliotibial con el epicóndilo.

Si este problema te está empezando a suceder, desde nuestra clínica de podología Elena García en Granada, te aconsejamos acudir a un profesional. Es importante comenzar un tratamiento lo antes posible para que no tengas que abandonar tu pasión por el deporte.

Causas que pueden provocar este dolor

Los factores que pueden crear las condiciones para la aparición de este síndrome, son las siguientes:

  • Un exceso durante la pronación dinámica
  • Asimetría en los miembros
  • Genu varo
  • Excesivo estiramiento.
  • Uso de un calzado inadecuado para esa práctica deportiva
  • No realizar estiramiento de forma correcta, dañando zonas del cuerpo.

Sintomatología del síndrome de la cintilla iliotibial

Las personas que padecen el síndrome de la cintilla iliotibial o rodilla de corredores suelen presentar los siguientes síntomas:

  • Dolor en la parte externa de la rodilla.
  • Incremento del malestar cuando se está efectuando alguna actividad, sobre todo si es deportiva.
  • Molestias o dolor en la palpación de la zona cuando el profesional está actuando una revisión física.

Prevalencia por sexo

  • Los hombres que suelen padecerla tienen una prevalencia media entre los 20 y los 40 años. Alta entre los 40 y los 60 años y baja a partir de los 60.
  • Las mujeres que generalmente padecen este problema tienen una prevalencia media entre los 4
  • 0 y los 40 años. Alta entre los 40 y los 60 años y baja a partir de los 60.

Consejos para tratar el dolor

A continuación detallaremos una serie de consejos que pueden llevarse a cabo para mitigar un poco el dolor desde casa:

  • Reposo: es relevante llevar a cabo una fase de reposo cuando estamos antes una fase aguda de la lesión. Esto ayudará a disminuir el dolor y evitar que la zona siga inflamada.
  • Alternancia de temperaturas: aplicar frío y calor en la zona (parte externa de la rodilla) ayudará a controlar la inflamación y disminuir, por tanto, el dolor. Una vez finalizada la fase aguda, se podrá aplicar solo calor por períodos de 15 minutos.
  • Evitar movimientos bruscos: si se sospecha que podemos tener una lesión es mejor evitar la realización de actividades que impliquen flexo extensiones de rodilla, como por ejemplo correr.
  • Automasajes: En caso de tener la zona muy cargada, un auto masaje aliviará la musculatura. Te puedes ayudar de una pelota o un foam roller. Hazlo con delicadeza para no producir más dolor.
  • Pedir cita con profesionales,tanto fisioterapeuta como podólogo para encontrar factores que están provocándole esta patología y evitar que se repita. 

 

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