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Características de un buen calzado para niños

El calzado infantil es un asunto más serio de lo que muchos padres pudieran llegar a pensar, pues durante los primeros años de infancia es cuando se forma el tipo de pisada y, por lo tanto, la salud del pie.

A algunos padres les surge la duda sobre qué tipo de calzado es más aconsejable utilizar cuando los menores comienzan a dar sus primeros pasos. Los niños empiezan a caminar entre los 9 y los 15 meses de edad, aunque en ocasiones se retrasa hasta los 18 meses.

El objetivo de comenzar a calzar a los bebés es para protegerlos del frío y de algunos suelos que pueden dañar su piel. Esto quiere decir que la mejor forma que tiene un niño para comenzar a caminar es descalzo y mientras más lo haga mejor.

Sin embargo, no todos los suelos son apropiados; para salir a la calle, ir a la escuela infantil o al parque es necesario que los niños lleven un calzado adecuado y óptimo que permita que desarrollen el pie con respeto. A medida que el niño va creciendo, su pie lo hace a la par. La horma cambia, pues al principio tiene una planta muy ancha con una almohadilla en el arco que hace que el pie sea plano durante sus primeros años.

Es aconsejable llevar a un niño a un especialista como los de Podología Elena García. Si se aprecia algún tipo de anomalía, es durante los primeros años cuando se pueden corregir este tipo de problemas.

Características de un calzado adecuado para un niño

A continuación se analizarán las características que deben tener los primeros zapatos que debe llevar un niño durante sus primeros años de vida una vez que haya comenzado a caminar. No es apropiado utilizar cualquier calzado, pues puede llegar a dañar el desarrollo del pie.

Deben tener la suela flexible

El zapato debe ser flexible, es decir, los padres deben ser capaces de flexionarlos totalmente. Hay que evitar aquellos que tienen la suela dura y rígida, dado que no permitirán a los niños poder adaptar la pisada.

También deben ser ligeros, un zapato pesado solo entorpecen la forma de andar del niño, invitándole a tropezar consigo mismo y a caerse. Mientras menos pese el calzado, mejor andará el niño con él.

El talón debe estar reforzado

La zona del talón y los laterales debe estar más reforzada que el resto del zapato. Además, el tobillo debe quedar libre para tener margen de movimiento.

Hay muchos mitos que aseguran que los zapatos estilo botas son mejores porque sujetan el tobillo, pero lo cierto es que este debe estar libre para que no haya restricción de movimientos y no se produzca ningún accidente.

Hormas anchas

La horma del zapato debe ser ancha y sin costuras para prevenir rozaduras. El pie no debe sentirse aprisionado, sino todo lo contrario: es bueno que sobre algo de espacio por delante. El niño debe sentirse libre con los zapatos puestos en todo momento.

Elaborado con materiales transpirables

Lo ideal es que los materiales con los que está elaborado el zapato sean transpirables para evitar infecciones como hongos debido a la humedad provocada por el sudor. Tampoco son apropiados aquellos zapatos que tienen piezas de níquel o cromo, dado que muchos niños a estas edades tienen hipersensibilidad a estos metales, llegando empeorar las lesiones en la piel.

Evitar heredar calzado

Cada niño tiene un tipo de pisada diferente, por lo que desgasta de manera distinta el zapato. Cuando los zapatos se heredan se condiciona la pisada del nuevo dueño, lo que puede llegar a producir alguna pequeña malformación.

Los pies crecen rápido

Hay que tener presente que, al igual que los niños, los pies crecen muy rápido. Sin embargo, también puede darse la casualidad de que al pequeño no le crezcan los pies a gran velocidad, lo cual simplemente puede deberse a que genéticamente no está dictado así.

Hay que mantener la calma ante todo lo relacionado con los niños y acudir a un especialista si se tienen dudas acerca de qué calzado será mejor o de si deben llevar plantillas o zapatos ortopédicos. En los niños todo cambia muy rápido y uno debe estar preparado para ello.

Qué son y qué síntomas tienen los pies cavos

Los pies cavos son una de las patologías más comunes entre las personas. Los pies cavos presentan una bóveda plantar con más altura de la habitual, lo que supone que sean más cortos en cuanto a talla de calzado debido a la retracción que les genera este puente en la musculatura del pie.

Hay pies cavos que son asintomáticos, no dan problemas y no necesitan tratamiento. Pero si tienes pies cavos debes saber que esta morfología puede causar ciertas molestias a los usuarios. Para prevenir daños mayores y mitigar el dolor es necesario consultar con un especialista como los de Podología Elena García, con quienes se podrá realizar un estudio para averiguar de qué tipo de pie cavo se trata y qué tratamiento será mejor.

¿Qué son los pies cavos?

Un pie cavo se caracteriza por un exceso de altura en la bóveda plantar. Puede estar acompañado de una desviación del eje interno y externo o, por el contrario, puede mantenerse neutro. Son pies más reactivos dada la potencia muscular que los caracteriza.

Signos de los pies cavos

Además del aspecto visual, pues los especialistas pueden detectar si un pie tiene tendencia a ser cavo solo con la observación o el movimiento del cuerpo debido a que, como se comentó anteriormente, tienen un arco más pronunciado de lo normal, existen otros síntomas y signos que pueden indicar que se sufre esta afección.

Entre estos aspectos se destacan los siguientes:

  • Dolor o molestias frecuentes en la musculatura de la zona plantar del pie debido a que está trabajando con mucha retracción que genera en ocasiones microrroturas de las estructuras de los músculos y los ligamentos.
  • Dolor en los dedos y en el dorso del pie debido a que son demasiado prominentes: la deformidad de las falanges produce lo que comúnmente se llama “dedos garra”, dada la retracción muscular del pie. Esta posición suele ocasionar dolores y daños en esta zona.
  • Dolores en la almohadilla plantar de la zona delantera del pie debido a la disminución de la superficie de contacto del pie con el suelo, lo cual genera una carga excesiva en la zona delantera (puntera), llegando incluso a inflamarse.
  • Formación de lo denominado comúnmente como callosidades (hiperqueratosis y hematomas plantares), las cuales suelen formarse por un exceso de presión. La piel se defiende y comienza a endurecerse para poder soportar toda la carga sin dañarse, pues los pies cavos cuentan con poca superficie plantar a la hora de caminar o estar de pie.
  • Poca estabilidad o sensación de la misma, apareciendo esguinces. Debido a que, como ya se ha dicho, existe poca superficie de apoyo en la fase de contacto con el suelo, no se produce un buen apoyo de la zona externa, generando un movimiento lateral excesivo y creando la sensación de que se pierde algo el equilibrio.

Causas o motivos de los pies cavos

Generalmente los pies cavos tienen un componente neurológico y de afección muscular. Esto quiere decir que su desarrollo se ve afectado por problemas en el sistema neuro-músculo-esquelético, pudiendo estar aislados o asociados a otras enfermedades.

Los bebés suelen nacer con el pie totalmente opuesto a lo que se considera un pie cavo, es decir, nacen con los pies tirando a planos. A medida que el niño comienza a desarrollarse y a andar, el pie comienza a desarrollarse de una forma más rápida debido a que empieza a trabajar los músculos de las piernas antes más inactivos.

Es importante que durante este proceso el arco plantar se genere hasta una posición que consiga formar un arco flexible, ya que este será crucial para que el pie se mueva y se articule de manera funcional, siendo capaz de absorber los impactos. Con el paso del tiempo los pies cavos se van endureciendo y se vuelven más rígidos.

 

Diagnóstico

Si lo que se desea es tener un diagnóstico y tratar esta problemática, es necesario acudir a un podólogo y realizarse un estudio de la pisada.

En artículos anteriores se explica minuciosamente cómo se hacen este tipo de estudios y por qué es importante realizarse un estudio de la pisada al menos una vez en la vida. La única manera de poder paliar o solucionar un pie cavo y tener una calidad de vida mayor es sabiendo qué modalidad se padece y qué tipo de tratamientos existen en el mercado .

 

Sudoración excesiva en los pies

Hay personas que siempre se quejan de que tienen los pies húmedos, de que estos les sudan llegando a dejar una huella en el suelo cuando caminan descalzos. Y esto se debe a que padecen posiblemente una sudoración excesiva en los pies.

Es común que en épocas de calor o después de realizar una actividad deportiva se tengan los pies húmedos, pero si esta situación persiste, entonces el problema está más relacionado con tener una sudoración excesiva en los pies. En este artículo se analizan las causas, el tratamiento y los consejos disponibles para conocer  los motivos de este problema y el tratamiento posible

Cabe destacar que en la zona plantar existen más de 250.000 glándulas sudoríparas, que son las causantes del sudor del pie. Este número es más elevado que las que se encuentran en otras partes del cuerpo, como las axilas o las manos. El proceso de sudoración es una función normal del organismo, que sirve para regular la temperatura corporal, favoreciendo así la secreción de sustancias innecesarias que se encuentran en el cuerpo.

Pero cuando la sudoración excesiva en los pies se vuelve incómoda o el olor varía drásticamente, es necesario acudir a un especialista como los de Podología Elena García. Allí, tras un proceso de evaluación, podrán poner un tratamiento a este problema que afecta a muchas más personas de lo que se puedan imaginar.

Causas de la sudoración excesiva en los pies

Cuando se suda de manera excesiva por los pies, es necesario averiguar cuál es el agente causante de este problema, e intentar poner solución a los factores externos que lo producen. Entre las causas más habituales se encuentran las siguientes:

Debido a una infección

Si la causa es una infección, se debe hacer un diagnóstico diferencial para averiguar si es de origen bacteriana o micótica. En ambos casos se resolverá aplicando cremas prescritas por un especialista. Es necesario no automedicarse, dado que la reacción en los pies puede ser contraproducente llegando a agravar la situación. Es mejor acudir a un especialista y que sea él, quien determine cuál será el tratamiento más oportuno para cada situación.

Debido a los cambios endocrinos

Cuando la sudoración excesiva se debe a cambios endocrinos, si se está pasando por una etapa así, los síntomas y signos pueden paliarse con el uso de desodorantes antitranspirantes.

Es común observar en las consultas que personas que están realizando una dieta híper-proteica reflejen cambios en la sudoración. Esto se debe a que la ingesta excesiva de proteínas y lípidos incrementa el exceso de sudoración. Hay que reseñar, que para paliar ciertos problemas de sudoración, es importante llevar una dieta equilibrada, y evitar productos como el picante, los refrescos, la cafeína o el tabaco. También se pueden utilizar productos que un podólogo puede aconsejar para hacer la vida más sencilla durante ese proceso.

Otros factores externos

Existen factores que son desencadenante de este problema y de otros muchos, como puede ser el estrés, la ansiedad, la subida de peso o cambios de temperatura. Puede parecer paradójico, pero durante los meses de frío, los zapatos y los calcetines cerrados que se utilizan, pueden provocar que el pie no transpire adecuadamente lo que provoca un aumento en la sudoración.

Uso de calzado inapropiado

El pie tiende a sudar cuando el calzado que se utiliza no es el apropiado para la estación o cuando este no está fabricado con los materiales adecuados.

Los materiales derivados del petróleo, hacen que el pie no transpire provocando un aumento de la temperatura y la sudoración. Si se tiene tendencia a padecer de sudoración excesiva es necesario utilizar materiales que se adapten a esta situación.

Patologías relacionadas con la sudoración

Se conocen tres tipos de problemas relacionados con la sudoración excesiva, los cuales se analizan a continuación:

  • Hiperhidrosis: es un aumento de la sudoración y está relacionado con el aumento de la tensión, nerviosismo y temperatura o una patología crónica.
  • Bromhidrosis: es en nombre que se da al sudor con un olor fuerte y desagradable, causado por los cambios metabólicos como los de la adolescencia o por infecciones (micosis).
  • Cromohidrosis: trastorno observable, pues las glándulas producen sudoración con color apreciable en la ropa blanca (calcetines, camisetas). Es una de las más incómodas pues se aprecia a simple vista.

 

Verruga plantar (Papiloma)

Se trata de una tumoración benigna de la piel y mucosas causada por el virus del papiloma humano (VPH)

Este tipo de lesiones reciben el nombre de papilomas cuando el virus del papiloma humano penetra en el tejido mucoso y verruga cuando se producen en la piel. Se suelen manifestar sobre todo en puntos de presión o zonas de apoyo, de forma aislada o múltiple.

Son muy contagiosas, causan dolor en algunas ocasiones y a menudo son confundidas con la presencia de callosidades. El contagio suele producirse en duchas y piscinas públicas.

Se recomienda la visita al podólogo/a cuando exista sospecha de su aparición, ya que es fundamental el diagnóstico precoz para su pronta eliminación y evitar la propagación a otras zonas o personas.

Uña encarnada

Se produce cuando la uña penetra en la carne. Afecta por lo general al primer dedo del pie aunque puede pasar en los otros dedos. Es una afección muy común que provoca dolor, inflamación y limitación funcional.

Su aparición están relacionada con la presencia de uñas abombadas, con forma de teja, uso calzado demasiado corto o puntiagudo, primer dedo demasiado largo o desviado, traumatismos etc. Si se detecta a tiempo, puede ser tratada con medios muy sencillos, como la reeducación ungueal.

Las uñas encarnadas pueden llegar a ser un problema grave y muy doloroso, por lo que se recomienda la utilización de calzado amplio en la zona de los dedos para evitar la comprensión de los mismos y ajustar adecuadamente el zapato y el calcetín para evitar que la una se encarne.

Aún, si teniendo en cuenta esta recomendación sufriese este tipo de dolencia debería acudir al podólogo/a lo antes posible para evitar posibles infecciones y complicaciones. 

Siliconas

Son elementos que se fabrican a medida para reducir una deformación o suprimir un apoyo doloroso. Pueden esta destinados a uno o varios dedos, incluso cinco.

Se utilizan fundamentalmente para:

  • Protección de zonas expuestas al roce en la que son habituales la aparición de callos dolorosos.
  • Corrección de desviaciones de los dedos del pie.

Pueden sustituir a una intervención quirúrgica no deseada o contraindicada en los dedos del pie, por que se recomienda acudir al podólogo/a para su valoración.

Quiropodología

La quiropodia es un conjunto de tratamientos preventivos y curativos que comprenden:

 

  • Cuidado de las uñas: corte, fresado, cuidados de la micosis (hongos) y hematomas.

 

  • Tratamiento de las callosidades que tienen su origen en mecanismos de defensa de la piel contra un roce o una presión excesiva. Siendo necesario tratar la causa cuando estos cuidados se vuelven repetitivos puesto que pueden evolucionar hacia una deformación irreversible.

 

  • Lesiones de la piel: detección de tumores benignos, bursitis, trastornos sudorales, etc…

 

  • Pie diabético: para el individuo diabético el recurrir periódicamente a los cuidados del podólogo/a constituye una buena actitud preventiva.

Plantillas

Las plantillas se realizan a la medida con materiales no traumatizantes ni alergizantes. Su objetivo es corregir la estática del pie, aislar los apoyos dolorosos , compensar las lesiones fijas y corregir todos los desequilibrios estáticos y dinámicos .

Multitud de personas caminan de forma inestable debido a una mala pisada, tal hecho crea problemas en los pies y otras estructuras que no siempre se manifiestan de forma precoz, si no a lo largo de los años, dando lugar a alteraciones degenerativas que ocasionan dolor limitante y altera la calidad de vida de las personas.

Dichos problemas en los pies pueden ser tratados con la ayuda de unas plantillas personalizadas y un calzado adecuado que aporten la estabilidad y confort que el pie necesita para tratar alteraciones presentes y evitar problemas futuros.

Pie diabético

Su causa de debe a la aparición de diversas complicaciones que derivan de la Diabetes. Estas complicaciones suponen la pérdida d la sensibilidad en el pie, la cual conlleva a traumatismos, sequedad extrema y al desarrollo de heridas que la persona no detecta precozmente e impide una adecuada cicatrización.

Se trata de un pie de riesgo (aquel que sin presentar ninguna lesión, es susceptible de padecerla). Por lo que se recomienda recurrir al podólogo/a periódicamente.

Micosis (Hongos)

Las infecciones por hongos son muy frecuentes en adultos y aún más en ancianos, éstas pueden afectar únicamente a las uñas (onicomicosis) o al pie en general (pie de atleta).

Cuando se afectan las uñas, aparecen manchas amarillo-blanquecinas, la uña se vuelve débil y puede aparecer mal olor. A medida que el hongo va invadiendo la uña, la infección se va extendiendo a capas más profundas.

Cuando afecta a los pies en general, puede aparecer picor intenso y enrojecimiento, principalmente en las áreas más cálidas y húmedas del pie (entre los dedos y talones) en las que el hongo prospera y crece rápidamente.

Sus causas están relacionadas con la transmisión en zonas húmedas públicas (piscinas, duchas), excesos de humedad por un mal secado, microtraumatismos continuos en las uñas con el calzado ajustado, uso frecuente de esmaltes de uñas que impiden la transpiración de éstas o uso de calzado y calcetines de materiales no transpirables.

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