Qué consecuencias podría tener el Alzheimer en los pies
El Alzheimer es un tipo de demencia que causa problemas en la memoria y el comportamiento de quien la padece. Los síntomas se desarrollan lentamente y van empeorando con el tiempo. Las personas con esta enfermedad acaban perdiendo muchas facultades, entre ellas la posibilidad de cuidarse a ellos mismos debido a la fragilidad mental que padecen.
Una de las zonas más frágiles de las personas mayores son los pies. Debido a la edad, la falta de cuidados o algún problema de salud, es frecuente encontrarse en las clínicas de podología a ancianos. Por desgracia, ellos no suelen darles a sus pies la atención que necesitan, y los daños que se producen pueden ser graves.
Las personas que padecen Alzheimer o algún tipo de demencia deben recibir asistencia externa para poder controlar todos los aspectos relacionados con su salud. Entre las prácticas más recomendadas por los profesionales para las personas mayores, se encuentra la de caminar, pues les ayuda tanto mental como físicamente. Pero para ello es necesario que acudan de manera regular a un profesional como los de Podología Elena García en Granada.
Qué consecuencias podría tener el Alzheimer en los pies
Una simple rozadura en los pies de una persona que padece Alzheimer podría tener consecuencias mucho peores. Al no ser consciente de dicha herida, podría generarse una úlcera, lo que supondría una gran infección y mayores complicaciones.
Es por ello que muchos profesionales aconsejan a los familiares o cuidadores que lleven al paciente de manera periódica al podólogo. Allí le realizarán un correcto corte de las uñas, le examinarán las lesiones que pueda haber en la piel y así le garantizarán una mayor calidad de vida.
Como hemos comentado, lo más frecuente es que los médicos les recomienden pasear frecuentemente para mantenerlos activos y así paliar síntomas y disminuir riesgos vasculares. Pero, por tratarse de personas que no son conscientes de sus daños, es posible que no caminen correctamente.
Consejos para cuidar los pies de las personas con Alzheimer
A continuación se expondrán una serie de consejos que los profesionales de la podología recomiendan seguir para aquellas personas que padecen algún tipo de demencia como el Alzheimer.
Cortar las uñas
Como ya se afirmó anteriormente, el corte recto de las uñas del pie es el mejor. De esta forma, se evitarán esquinas que se acaban clavando en la zona carnosa de los dedos, provocando las conocidas y temidas uñas encarnadas. Esto podría ser fatal en pacientes con Alzheimer, pues podría provocar una seria infección.
Hidratar los pies
Utilizar cada noche cremas podológicas para mantener la piel de los pies hidratadas, así se evitarán sequedades y grietas. Además, es una excusa perfecta para hacer un reconocimiento de la zona y comprobar si hay algún posible daño.
Callosidades
Es habitual que las personas pretendan eliminar o reducir las durezas o los callos mediante el uso de callicidas. Sin embargo, los profesionales nunca recomiendan el uso casero de estos productos, y menos en personas con demencia, pues podría provocarles alguna quemadura y no serían capaces de dar la voz de alarma ante el daño.
Higiene
Cada vez que los pies sean lavados, es necesario secarlos correctamente para retirar toda la humedad. De esta manera, se evita la aparición de hongos o papilomas, que serían difíciles de eliminar.
Estudio de la pisada
Si se aprecia que la persona no camina bien, que le cuesta plantar el pie, que tiene cierta inestabilidad que podría provocarle alguna caída, lo mejor es acudir a un profesional. Este le hará un estudio biomecánico de la pisada para conseguir unas plantillas personalizadas que aumentarán su calidad de vida.
Calzado adecuado
Usar un calzado con horma ancha para evitar posibles rozaduras. También debe tener suela antideslizante para evitar resbalones, y un tacón no mayor de 2 o 3 cm.
Consultas podológicas
Es necesario, y más en estos pacientes, llevarlos a revisiones podológicas para tratar cualquier posible daño: una rozadura, una uña mal cortada, sabañones por el frío u hongos. Los pequeños problemas se solucionan mejor al comienzo.